A mi me odian, me amenazaron porque ellos no respetan la ley, pero yo les digo que es por el bien de ellos y de todos», Berta Valero, residente del sector.
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Jóvenes aproximadamente se reunían en esta zona diariamente a consumir todo tipo de sustancias, denunció doña Berta.
Doña Berta Valero es lo que se puede considerar una ‘chapineruna’ de verdad. Lleva viviendo 48 años en una de las zonas más emblemáticas de este sector, el barrio Sucre, frente al reconocido ‘Cuatro Parques’.
“Yo llevo mucho tiempo aquí y quiero mucho el sector. Por eso empecé a notar con preocupación que este parque se estaba convirtiendo en un foco de drogadicción, de borrachos, muchachitas menores de edad vomitando y sin sentido por ahí, lo que me despertó la necesidad de resolver este problema y acercarme a quienes estaban involucrados”, afirmó doña Berta.
Con la camiseta puesta, decidió acercarse a la Alcaldía y a la Policía, porque no era posible que su lugar de vivienda, donde estaba criando a sus dos hijas, se convirtiera en un foco de inseguridad y peligro. “Aquí confluyen muchas universidades y, por más de que algunos jóvenes no estuvieran metidos en estos espacios, otros sí y eso daba mala imagen de las instituciones”, afirmó.
La titánica tarea
Para ella no fue una tarea fácil, por el contrario, la pelea duró poco más de 10 años. “En un principio me acerqué a las universidades y les comenté lo que estaba pasando, pero me dijeron que los estudiantes estaban de puertas para adentro, que afuera no era competencia de ellos”, aseguró y añadió que “con la Alcaldía y la Policía hablamos con ellos, les dijimos que finalmente era la imagen de la universidad la que estaba en juego”.
Poco a poco y con las diferentes administraciones, doña Berta logró acuerdos con bares del sector para que evitarán que los jóvenes salieran a tomar en el parque así como apoyo de la Policía para tener agentes en el lugar constantemente para poder evitar la presencia de jóvenes consumiendo.
“Antes veíamos que eran como 700 jóvenes diariamente ahí parados consumiendo pasamos a 40, ya la ocupación es de un 25%, especialmente los fines de semana, pero pues yo sigo dando la pelea porque es necesario que este lugar se despeje, somos muchas personas las que vivimos aquí y estamos afectados por la inseguridad”.
Las amenazas no se detienen
A pesar de que está haciendo un trabajo por el bien de la comunidad, doña Berta ha recibido todo tipo de amenazas de los jóvenes que convirtieron este espacio en un olla. “ La misma Policía me dice que me tengo que cuidar, que me cuide de las amenazas, pero pues yo digo que yo no estoy haciendo nada malo, que no tengo porque esconderme”, aseguró Doña Berta.
Con el riesgo constante y cientos de enemigos, doña Berta no quiere dejar a un lado su tarea, por el contrario, sigue organizando eventos con la Alcaldía de Chapinero y la Policía para ayudar a mitigar el impacto de las drogas no solo en este parque si no en todos los parques de la localidad. “Si nosotros no cuidamos donde vivimos, ¿quién lo va a hacer por nosotros?”, concluyó.
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