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Investigadores muestran vínculo digital entre Manning y Assange

Fort Meade (EE.UU.), 19 dic (EFE).- El soldado Bradley Manning, acusado de la mayor filtración de documentos clasificados de la historia de EE.UU., se enfrentó hoy tranquilo a las pruebas que presentó la Fiscalía del rastro digital que dejaron sus supuestos contactos con WikiLeaks y su fundador, Julian Assange.

Dos investigadores informáticos presentaron en la audiencia pública que se desarrolla en la base militar de Fort Meade -en el estado de Maryland- las pruebas más contundentes contra Manning hasta la fecha: trazas de información digital que muestran contactos e intercambios de información con supuestos miembros de WikiLeaks.

Manning, que afrontó la audiencia con calma y hasta estuvo hablador con su abogado, se fue tensando en su silla al paso de las horas y los conjuntos de pruebas que muestran el registro de conversaciones de chat «en tono familiar» con un usuario en las que aparece el nombre de Assange.

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El investigador Mark Johnson describió también una conversación de Manning con una persona llamada Eric Schmiedl en la que el soldado le reconoce que él era la fuente que filtró el vídeo del ataque de helicóptero en Irak en 2007 en el que perdieron la vida dos periodistas de Reuters.

Esa fue una de las primeras filtraciones de WikiLeaks y precedió a la publicación en internet de miles de despachos militares desde Afganistán y centenares de miles de cables diplomáticos estadounidenses del Departamento de Estado.

La defensa se centró hoy en aludir a que, pese a que existen algunos registros de Manning como usuario en los ordenadores en los que trabajó, no se puede acreditar con seguridad que fuera el responsable de la filtración.

David Shaver, otro de los investigadores, dijo que durante sus pesquisas encontró más de 100.000 cables del Departamento de Estado en uno de esos ordenadores, aunque reconoció que no puede aclarar si Manning fue el que accedió a los documentos o los envió a alguien.

El soldado Manning, de 24 años, fue arrestado tras ser acusado por el pirata informático Adrian Lamo de ser la «garganta profunda» de WikiLeaks, organización que desató un terremoto diplomático en Estados Unidos por sus revelaciones.

Las pruebas mostradas hoy por dos expertos informáticos parecen indicar que existían vínculos entre Manning y Assange, lo que podría complicar el caso de este último, ya que de demostrar que indujo a filtrar secretos al joven soldado podría acarrear complicaciones legales a WikiLeaks.

De hecho, la audiencia está siendo seguida por dos asesoras legales de Julian Assange, según indicaron a Efe, «para estar vigilantes por la gran cantidad de información» en la que se alude a su representando, aunque no comentaron si cooperan con la defensa de Manning.

Este es el cuarto día de audiencia en la base de Fort Meade, en la que se debe determinar si Manning tiene que ser juzgado en un tribunal castrense por 22 cargos contra las leyes militares, que le podrían acarrear una pena de cadena perpetua.

Para apoyarle, asistió hoy a la sala Daniel Ellsberg, responsable de filtrar en 1971 los «Papeles del Pentágono», un caso similar que reveló las prácticas del Ejército estadounidenses en la guerra de Vietnam.

«Lo que buscan en este caso es presionar a Manning para que implique de manera clara a Julian Assange», indicó a Efe Ellsberg, que opinó que el proceso debería desestimarse porque, según él, el soldado, detenido en Irak en 2010, fue sometido a torturas en su confinamiento.

La defensa de Manning, dirigida por David Coombs, se enfrenta a evidencias firmes, como conexiones de un ordenador del soldado con un servidor sueco, donde WikiLeaks tiene parte de su red, o a registros de un gran tráfico con las bases de datos del Departamento de Estado.

Los intercambios de información ocurrieron a principios de 2010 y muestran que por los ordenadores de Manning pasaron documentos con nombres o estructuras similares a los posteriormente filtrados.

Uno de los textos recuperados, adjunto a otros encriptados, auguraba: «se trata posiblemente de los documentos más significativos de nuestra historia para eliminar la neblina de la guerra y revelar la naturaleza de la guerra asimétrica del siglo XXI».

Jairo Mejía

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