Las agresiones físicas, los gritos o verse obligado a pasar calamidades en condiciones extremas poco confortables, son situaciones traumáticas a las que se exponen los perros.
PUBLICIDAD
Las mascotas que han sufrido abusos pueden tener profundas secuelas en su forma de actuar y lo primero que se debe realizar es un diagnóstico claro por parte del médico veterinario acerca del tipo de maltrato que ha recibido, que puede ser físico, emocional o mixto.
Para el maltrato físico, se requiere de un minucioso examen clínico, que permita detectar el tipo de lesiones bien sean: externas, internas, de tejidos blandos o del sistema óseo, neurológicas o musculares, para poder establecer el tratamiento con el protocolo indicado.
En el caso del maltrato únicamente emocional: abandono, falta de afecto, impedir la libre expresión de su personalidad, se requiere no solo del examen físico, para evaluar si tiene pérdida de peso y desnutrición, sino, además, es necesaria la intervención de un médico veterinario especialista, en este caso un etólogo, que se encarga de analizar cuál es el origen del comportamiento de las mascotas.
El etólogo orientará el tratamiento indicado, bien sea con moléculas farmacológicas específicas como los antidepresivos o sedantes, junto con el apoyo del soporte familiar y algunos tipos de prácticas como ejercicios conductuales que se usan para tratar las condiciones de ansiedad entre adoptante y adoptado.
“No es posible predecir el tiempo de duración del tratamiento, cada paciente responde de manera diferente, solo la evolución de su cuadro clínico, permitiría al médico veterinario y/o el etólogo determinar cuándo suspender, continuar o repetir un tratamiento, de manera que es muy importante tener continuidad en los controles y el cumplimiento de la terapia y demás ordenes médicas impartidas” asegura Édgar Gutiérrez médico veterinario de la Universidad de la Salle.
Lea también
PUBLICIDAD