En las redes se ha hecho viral la cruda y dolorosa columna de Claudia Palacios respecto a su madre.
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La periodista y presentadora se ha ganado el respeto de los colombianos por su experiencia y forma de informar.
Pero ahora, ella decidió utilizar el periodismo para contar un duro momento personal que vive y que tiene que ver con el derecho a la eutanasia.
«Hace años empecé a pedirle a Dios que se llevara a mi mamá de este mundo, o mejor, que se la terminara de llevar, pues el alzhéimer ya se llevó todo lo que ella decidió ser, que es justamente como vale la pena vivir: DECIDIENDO SER», escribió en su reciente columna de El Tiempo.
Claudia cuenta con dolor que su mamá fue en su juventud una mujer fuerte, que trabajaba sin cansancio y que también soportó los abusos de un esposo violento.
«Desear la muerte de la mamá»: la cruda y dolorosa columna de Claudia Palacios
La periodista también se refiere a ella como una mujer que odiaba estar enferma porque no soportaba sentirse limitada.
«Cada pérdida de una de sus facultades ha sido una muerte… En cada nuevo duelo me consuelo pensando que alguien así de grande tiene que morir muchas veces para que de verdad muera. Pero mi razón me sacude de esa fantasía y me cuestiona a gritos por qué permito que mi mamá esté atrapada en ese cuerpo rígido y débil. No dejó por escrito su voluntad de morir dignamente, pero recuerdo como si fuera ayer cuando ella le decía a Dios: ‘llévate a Sirleycita’, una tía que tenía cáncer».
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Es entonces cuando habla de que debe haber un derecho a morir dignamente y no esperar un final extremadamente doloroso.
«Por ella y por todas las personas que están o han estado como mi madre, insto al Ministerio de Salud a que cumpla con los dos fallos de la Corte que le han ordenado que modifique la resolución 1215 de 2015, en la que restringió el uso del consentimiento sustituto para aplicar la eutanasia».
Al final de su columna, cuenta como preferiría ver partir a su mamá.
«Quisiera hoy estar con mis hermanos alrededor de la cama de mi madre, dándole gracias por la vida que nos dio, mientras un coctel de medicamentos la va llevando a morir sin dolor; que estar temblando de pensar en qué momento morirá ahogada o víctima de una infección, que es como sus médicos advierten que pasará. Perdóneme, mamá, por no poder darle una muerte digna».