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‘Baby God’: las infamias del ginecobstetra que se convirtió en padre de miles de niños

*El nuevo documental de HBO trata sobre la siniestra y narcisa historia de Quincy Fortier, un médico que inseminó a miles de mujeres con su propio semen sin que ellas supieran en una clínica de fertilidad. *Hablamos con la directora de Minnesota (EE. UU) Hannah Olson, quien escogió este difícil tema para su ópera prima.

Cortesía HBO MAX

Situémonos en Estados Unidos durante la década de los 60. Ya se hablaba de píldora anticonceptiva y, en general, la medicina al servicio de una sociedad con mentalidad más abierta en temas de sexualidad. Para el especialista en fertilidad y obstetricia, Quincy Fortier, toda familia merecía un hijo en su hogar, y estaba dispuesto a hacer lo impensable para dejar en alto el nombre de la clínica que abrió en Las Vegas (Nevada, Estados Unidos), donde miles de niños nacieron como producto de la reproducción asistida.

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Varias décadas más adelante, gracias a los test de ADN a domicilio y la creación de árboles genealógicos con personas con genética similar a través de base de datos por internet, cientos de esos niños, ahora adultos, se enteraron de que sus padres no son sus padres biológicos.

Fortier era conocido en el mundo de la medicina familiar por utilizar su propio semen con las mujeres deseosas de ser madres. En su laboratorio, este médico desechaba el semen del padre y utilizaba el propio para fecundar los óvulos que luego implantaría en las mujeres. Con frialdad, colegas de Fortier admitieron que, en realidad, esto era una práctica común entre médicos de la época. Rara vez se cuestionaron si éticamente esto sería un problema, y se calcula que esta práctica continuó por años sin que quedaran registros.

 

Durante dos años, la directora Hannah Olson investigó la historia de varios adultos que gracias a un test de ADN se encontraron, gracias a la web y las redes sociales, con sus hermanos perdidos. «Casi todos tenemos la misma nariz», cuenta una de las hijas no reconocidas de Fortier, quien logró reconstruir lo sucedido gracias a varias denuncias que encontró en viejos periódicos. Fortier, convertido en un déspota médico millonario, se encargó de que jurídicamente se desestimaran las denuncias en su contra.

Con una serie de entrevistas, Baby God hace un perfil de este profesional, quien resultó ser también un depredador sexual, y retrata la relación entre estos hermanos reencontrados, quienes buscan armar un rompecabezas en el que también deben decidir si contarle a sus madres, ya entradas en años, que fueron inseminadas por un depredador con un mal llamado ‘Complejo de Dios’.

Las capas oscuras del «Dios de los bebés»

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«Siempre hemos asumido que lo que sabemos de nuestras familias es real, pero ahora que los árboles genealógicos y los resultados de los test de ADN se pueden hacer públicos, el tema explotó», cuenta Olson en rueda de prensa para algunos medios de la región, entre ellos PUBLIMETRO. «Me interesa abrir una conversación sobre violencia sexual, sobre cómo la tecnología actual que tenemos a la mano nos permite revisar crímenes del pasado y la forma en que los hechos del pasado van saliendo a la luz, especialmente en una relación entre médico y paciente. Poner algo en el cuerpo de alguien sin su consentimiento es un crimen. Nuestra generación quiere tener información, tener los hechos. En contraste, las generaciones pasadas guardaron muchos secretos sobre el abuso, la adopción y otros temas relacionados», explica Olson.

«Nuestra generación quiere tener información, tener los hechos. En contraste, las generaciones pasadas guardaron muchos secretos sobre el abuso, la adopción y otros temas relacionados» -Hannah Olson

Pero seguirle la pista a un médico ya fallecido, que burló la justicia y fue celebrado entre colegas por su trabajo no es una tarea sencilla. A pesar de que la idea del documental es revelar sus atrocidades, pensando en el futuro cercano esta directora quiso enfocarse más en los hijos que Fortier dejó.

«Yo no sabía las motivaciones de Fortier cuando empecé con esta historia. Él había recibido premios, era reconocido y murió siéndolo aún… eso me permitió de alguna manera usarlo a él como una especie de referente para medir qué tan normal le parecía a los otros médicos lo que él había hecho, teniendo en cuenta que era muy admirado entre colegas. Entre más capas destapaba, más cosas oscuras encontraba. Él sí abusó de su poder. No conozco sus motivaciones, él ya murió y nunca lo sabremos, pero sí sabemos que había ego. Sin embargo, en este documental yo no quería centrarme tanto en el perpetrador sino en las víctimas y sus experiencias; hijos y madres que vivirán con esto por siempre», comenta Olson.


Se calcula que durante 30 años de carrera, Quincy Fortier inseminó a las mujeres que fueron a su consultorio


A esta documentalista le pesó encontrarse el poder de la negación y los secretos, y la manera en que Fortier incluso embarazó mujeres que no querían o no planeaban todavía ser madres. Estas llegaron a su consultorio por consultas diferentes, recibían algún «tratamiento» sugerido por él y resultaban embarazadas después.

«A veces vemos la fertilidad como un tema de consumo donde nos invitan a ‘ser más fértiles’, y no como un tema de salud», lamenta Olson, «tenemos que repensar esa industria, ese era uno de los enfoques más importantes para mí. No hay nada tan universal como los temas relacionados con nuestra familia y nuestros padres, nuestro ADN y las cosas que nos hacen ser quienes somos», finaliza.

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