Jon Hopkins ya era un nombre en la industria de la música antes de que comenzara a aparecer en los carteles de cientos de festivales alrededor del mundo. Su carrera se remonta a su juventud, cuando comenzó a tocar piano clásico en el Royal College Music de Londres.
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Hopkins llegó a tocar en competencias, donde interpretaba piezas de Stravinsky al derecho y al revés, pero en esos salones de lámparas de cristales, trajes finos y alcurnia se sintió fuera de lugar. Este conocimiento de lo clásico le sería útil más adelante, pero no definiría su estilo musical.
En su adolescencia consiguió un sintetizador Roland con el que se dedicó a experimentar sonidos y a buscar una libertad que no encontró en los grandes teatros. Conoció el house, el acid house y otros géneros de la electrónica, y no hubo vuelta atrás.
Luego de pasar por la banda de rock electrónico Imogen Heap, comenzó a grabar su álbum debut Opalescent, y continuó trabajando en sus proyectos personales mientras incursionaba al mismo tiempo como productor musical junto a Brian Eno y Coldplay. Con la banda colaboró en discos como Viva la Vida or Death and All His Friends (2008). Un par de años después estaría trabajando en cine creando la música para cintas como Monster y The lovely bones.
Para entonces también grababa su cuarto disco de estudio, Immunity (2013), con el que se abrió paso en la escena electrónica gracias a éxitos como Open Eye Signal. Su sonido es una mezcla de sonidos electrónicos con grabaciones de sonido ambiente, piano, y algunas voces. De repente, de manera impredecible, en sus discos se encuentran canciones que recuerdan a la música clásica. En general, y sin necesidad de un género definido, la música de Hopkins es una invitación a cerrar los ojos y dejarse llevar.
En conversación con PUBLIMETRO, Hopkins habló sobre la forma en que sus seguidores y la prensa han intentado definir su música. «Creo que no se puede definir en una palabra, es una combinación de cosas, pero pienso que la palabra ‘cinemático’ entra en la mezcla porque tengo una larga relación con la creación de música original para películas y teatro, y el hecho de crear soundtracks es una experiencia en si misma porque te permite imaginar el complemento de un elemento visual».
De igual manera, admite que haber tenido este entendimiento de lo que significa crear el sonido de un ambiente en particular le ha permitido darle color a sus creaciones musicales. «Puedes imaginar la música y dar una emoción específica a algo, entiendes conceptos como la tensión, y los contrastes de ciertos espacios, eso definitivamente me facilitó las cosas», comenta.
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Otra prueba de que Hopkins conserva aún algo de su sonido clásico es la presencia de algunas notas en sus canciones. Así, encontramos el eco de un piano clásico Steinway en canciones como Echo Dissolve. «Todavía conservo un piano de estos», cuenta. «Ha sido una consistencia en mi vida porque me influenció desde un inicio».
«Estoy muy emocionado por ir, es mi primera vez en Colombia. Este show es muy cambiante, y muy audiovisual, espero que también estén emocionados porque nos encontremos allí».
¿Y cómo se pasa de la experimentación a la creación de algo tangible y organizado como un álbum de electrónica? Hopkins, quien presentó en 2018 su séptimo disco (Singularity) comenta que lo principal es no pensar demasiado en el resultado. De hecho, lleva muchos años explorando el subconsciente, la meditación e incluso los alucinógenos para darle espacio a su mente de encontrar sonidos. «Creo que siempre estamos dándole mucho espacio a lo consciente, y no le damos permiso al subconsciente de ser. No le permitimos a la mente desarrollar los pensamientos naturalmente, y así le sucede a los procesos creativos. Si estamos pensando en terminar un álbum o en que la canción sea popular no vamos a poder desarrollar sonidos», dice.
Hablando de sonidos, uno de los que llama la atención en su nuevo disco son algunas voces casi extraterrestres. Y aunque Hopkins describe Singularity como un álbum principalmente instrumental, explica que la voz «es un instrumento más» que puede transformarse en muchas musicalidades distintas. «No son voces entendibles, y tampoco busco que lo sean, es increíble que podamos hacer una cantidad de sonidos únicamente con nuestras voces, y busco aprovecharlas».
Además de su visita a Colombia, Hopkins estará en varias ciudades de Estados Unidos y Europa, pero no cree que haya otro álbum pronto en la mira. «De hecho he pensado en que no haya un próximo álbum (risas), en este momento no estoy muy a gusto con esa idea, no quiero saltar de una vez a otro proyecto tan grande. Lo que sí tengo ganas de hacer es participar en varias colaboraciones con diferentes artistas, tengo muchos sencillos en mi cabeza, pero no un álbum, por ahora «.
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