La cinta inspirada en la historia de la bonanza marimbera en la Guajira y su impacto en dos clanes indígenas puso a soñar de nuevo a los colombianos con la posibilidad de ganar un Óscar.
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La película, codirigida por Cristina Gallego y Ciro Guerra, era una apuesta que ya había tenido reconocimientos en Cannes y otros festivales internacionales. De hecho, en el festival francés hizo parte de la Quincena de realizadores, prestigioso espacio al que asisten personalidades de la industria como Martin Scorsese, entre otros.
El wayúunaiki, idioma en que se habla la cinta, sumada a la fotografía, fueron solo algunos de los aspectos reconocidos y exaltados por la crítica. La apuesta era grande, y la nominación conseguida en 2016 con El abrazo de la serpiente hizo que existiera un sentimiento generalizado de confianza con Pájaros de verano, que se enfrentaba una vez más a la dura competencia de la categoría Mejor película extranjera de los Óscar con el sello de sus talentosos creadores.
El 17 de diciembre se conoció que la cinta se había logrado meter entre las 9 pre-nominadas para la categoría. De casi 100 películas, parecía que Pájaros de verano podría tomar vuelo en los premios de la Academia. Sin embargo, el pasado 22 de enero se supo que no había sido nominada. ¿Qué pasó?
Los Óscar y la política
Para entender por qué una cinta celebrada en festivales como Cannes, sin desconocer que los parámetros son muy diferentes entre una gala y la otra, habría que repasar cómo se eligen las películas nominadas al Óscar.
El máximo honor del cine se creó en 1927 como una estrategia de cineastas y productores para incentivar la producción cinematográfica, pero también para mejorar la imagen de la industria estadounidense dentro del país y ante el mundo. Es decir, que desde siempre los Óscar han tenido un enfoque notoriamente comercial.
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Cada año, un comité de más de 6000 personas, cuyos nombres no son revelados, vota para elegir los ganadores de las diferentes categorías. Entre esos, 1.300 son actores.
En los últimos años, la premiación ha buscado alejarse de la mala imagen del presidente Donald Trump ante el mundo en un país caracterizado por la afluencia de migrantes a sus tierras. Así, hay un tema de corrección política que es evidente y que influencia las decisiones tomadas. De esto, y más, le habló a PUBLIMETRO el crítico Iván Hernández: «Pájaros de verano es bastante buena, pero habla de una tema muy delicado en Estados Unidos que es el narcotráfico, la bonanza marimbera con los wayúus. Este tipo de temas jamás entraría en los Óscar porque no es un tema humanista», dice, y menciona que a El Abrazo de La Serpiente alcanzó a ser nominada gracias a que se centraba más en el misticismo indígena, sin hablar de drogas».
De hecho, Hernández recuerda el caso del director iraní y ganador del Óscar Asghar Farhadi, a quien le negaron la entrada a Estados Unidos, en pleno apogeo de las medidas migratorias de Trump. «El año pasado ganó Asghar Farhadi, y ganó porque le negaron la visa para entrar a Estados Unidos. Hollywood, en venganza, le dio el Óscar. En ese caso era un tema abierto de Hollywood vs. Trump. En Roma es lo mismo; es una película que reivindica la voz del cine, de Hollywood, la voz cultural e intelectual de Estados Unidos que está en contra de Trump y de su idea del muro. Es una película inmensa, maravillosa».
Hernandez insiste en que el tema de la corrección política es una carta importante en los Óscar, y también pone el caso de Black Panther como ejemplo. Para él, la cinta de superhéroes afro es más un guiño a esta comunidad, con la que Hollywood se siente en deuda. «[En Black Panther] de alguna forma querían reivindicarse con la comunidad afroamericana en Estados Unidos, abrazar a esa comunidad que ha impulsado el cine hecho por las negritudes. Las comunidades van a verlas por un orgullo de raza, por un orgullo cultural. En el caso de Black Panther no es nominada porque sea la mejor película de héroes, ni mucho menos, para eso uno nominaría fácilmente a Avengers, sino por un tema de reivindicación cultural».
El crítico y cinéfilo Jerónimo Rivera, Ph. D. en comunicación y profesor de la Universidad de la Sabana, también habló sobre cómo la corrección política permite que unas cintas lleguen más lejos que otras en los premios. Según dijo, «los antecedentes políticos y la agenda temática que tienen los Óscar cada año», son la razón por la cual «unas películas son más exitosas que otras». El profesor ejemplificó esto con la renombrada película de Alfonso Cuarón, y comentó que definitivamente esta era una rival difícil de vencer, además de las otras cintas extranjeras. «La competencia de este año realmente fue de las más duras. Tenemos un ‘peliculón’ como Roma, que no solo está en esta categoría [mejor película extranjera] sino en otras nueve. Constituye la gran película del año, y posiblemente sea la ganadora por primera vez en ambas categorías, junto a la de mejor película».
Sin embargo, Rivera resalta que ese cambio de mentalidad nos beneficia como cine colombiano, aunque indirectamente también quedaba la vara aún más alta para Pájaros de Verano, que no solo tenía que competir con Roma, sino también con la polaca Cold War, de Paweł Pawlikowski. «Hay un cambio bastante positivo porque hay películas nominadas en otras categorías en otros idiomas, pero eso jugó en contra de Pájaros de verano, porque otra película como Cold War también estuvo en la lista. De esas nueve películas había 2 que estaban prácticamente fijas, y quedaban tres lugares muy disputados. Todas ellas habían ganado muchos premios internacionales, como (Shoplifters) la del japonés Manbiki Kazoku. Todo esto jugó en contra de la nominación de Pájaros«.
De igual manera, Rivera comenta que solo hay un cupo para Latinoamérica. Y se lo llevó, Roma, sin duda: «Es la favorita en la categoría, era una película mexicana que de alguna manera representa a Latinoamérica. Nunca se había visto que dos latinas estuvieran en esta categoría. Ese era el gran inconveniente para Pájaros de Verano, estar nominada el mismo año con una película así entre las nominadas y otras de una calidad realmente sobresaliente, porque los méritos los tenía de sobra», dice.
Volviendo al aspecto comercial de los Óscar, Rivera resalta el lobby como factor decisivo de algunas producciones, a pesar de la apertura que existe en años recientes al trabajo extranjero. Así, evidencia que los jurados podrían no mostrar el mismo interés cuando se trata de una película extranjera, subtitulada, con temáticas que desconocen, que una historia grabada en los estudios de Hollywood. «Los de la Academia suelen ver las películas de los estudios de Hollywood, y muchas veces votan sin ver las películas extranjeras, que tienen subtítulos y temas que a ellos no les interesan. En ese sentido no hay nada que ver entre el lobby que pueda hacer un gran pulpo como Netflix para una película como Roma, donde hay mucho dinero invertido, que el que pueda hacer una productora colombiana como Ciudad Lunar para Pájaros de Verano.
El valor de una película más allá de los Óscar
Algo en lo que ambos críticos coinciden es en que aunque recibir una estatuilla de la Academia es considerado como el máximo honor del cine, son muchos factores los que hacen que una producción sea realmente valiosa, y no todos derivan en llegar a la gala mencionada.
«Los Óscar no son los premios más importantes de cine en el mundo, son los premios más importantes para Norteamérica», comenta Hernández. «Los más importantes, en orden de ideas, tendrían que ser Cannes, donde la película sí tuvo su apertura, Venecia, Toronto, Sundance y Berlín. Son festivales mucho más abiertos y mucho más fuertes en propuestas artísticas y no tanto de mercado o de compromisos».
Rivera va un poco más allá, y asegura que ningún premio es una «valoración total de una película», pues hay muchos valores subjetivos «que tienen que ver específicamente con las personas que votan dentro de la Academia», dice, y explica así la relatividad de estar, o no, en los Óscar. «Eso es bastante relativo porque inclusive una película como Pájaros en teoría debería tener mas posibilidades de ser elegida que El abrazo de la serpiente. Tiene muchos elementos a su favor, como la temática indígena, la estética de la película, y una narrativa mucho más dirigida a un publico general, donde incluso había algo de acción por el tema del narcotráfico».
Finalmente, Rivera rescata lo lejos que ha llegado Pájaros de verano, película que en su opinión debe igual llenarnos de orgullo a los colombianos y a los miembros del cine nacional. «El solo hecho de estar en las 9 es muy importante. Ganar un Óscar no es el punto más alto de una película, Pájaros de verano ha ganado muchos premios destacados y eso debería tenernos contentos».
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