El Cosquín Rock llegó a Colombia en 2017 para quedarse. El festival argentino llega este año a su 18ª edición y continúa creciendo en Latinoamérica, donde se expandió gracias a su propuesta de rock latino. PUBLIMETRO habló con el hombre detrás del nombre, el productor José Palazzo, creador del Cosquín, quien lleva 18 años moviendo los hilos del festival rockero, y que va por más este año.
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«Esta edición va a ser muy interesante, y con un sello bastante marcado de música latina», cuenta entusiasmado el empresario, quien en 2009 publicó un libro relatando la historia del Cosquín en Argentina. «La combinación de Ska-P, 2 Minutos, Auténticos Decadentes y Café Tacvba le da una fuerza al festival y una tendencia musical muy marcada. Es nuestro segundo año en Colombia. El año pasado tuvimos una experiencia maravillosa y este año seguimos trabajando en instalar este proyecto en el que nos sostenemos, que busca defender los caminos de la música latinoamericana pero también que la gente pueda disfrutar de un festival donde hay miles de cosas para hacer».
En Colombia, Palazzo reconoce que se enfrenta a una serie de retos. Una de las metas, era convencer a un público cada vez más acostumbrado a la amplia oferta de conciertos. Además, tenía que convocar fanáticos que todos los años tienen la posibilidad de asistir a festivales gratuitos, como Rock al parque. «En el caso particular de Colombia y Bogotá, tenemos que mostrarnos como una propuesta interesante ante un público que además tiene uno de los festivales más grandes de la región. El desafío es empezar a trabajar como una alternativa. También tenemos que encontrar cuáles son los artistas que generan un interés particular en el país dentro del marco del festival. El desafío se ha ido logrando paulatinamente. Este año Ska-P nos acompaña en todos los países», comenta.
Los nombres del cartel en el Cosquín
Aunque en Argentina el Cosquín es toda una institución, en los demás países, incluido el nuestro, el festival tenía que llegar y presentarse con un nombre, pero también con varios apellidos que lo diferenciaran del resto. Así, las bandas que conforman el cartel serían su sello, y su cara ante un país que apenas comienza a familiarizarse con el festival. En su primera edición colombiana, bandas legendarias como los Fabulosos Cadillacs llenaron las letras grandes del cartel, y esta selección de artistas es, en últimas, la que ha significado el éxito del festival. «Hay mucha variedad, no hay un estándar de perfil de banda que se presenta en el Cosquín. En Argentina el cartel es 90% argentino, y los demás extranjeros que tenemos son latinos. Ya llevamos más de 10 ‘cosquines’ fuera de Argentina (en Colombia, México, Chile, Uruguay, Perú), así que el festival tiene su personalidad pero esta se suma a lo que le agregamos en cada país».
Palazzo sabe a lo que se enfrenta. Se mantiene al día sobre lo que ocurre con el rock nacional, y conoce bien los talentos colombianos de ayer y hoy. «El rock en Colombia está creciendo muchísimo pero también tienen grandes bandas que mezclan la cumbia con el rock y tocan muy bien, entonces hay una personalidad marcada», comenta. «Ya desde la época de Aterciopelados el rock colombiano tuvo un estilo particular, y por ejemplo Las almas, que siguen tocando cosas nuevas. Consulado Popular también tiene un proyecto muy interesante. Hay cosas interesantes y que tienen mucho que ver con la idiosincrasia del colombiano, que se refleja en sus líricas y en su rock».
La mayoría de edad del Cosquín
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A casi dos décadas de iniciado, el festival llegó a un momento en que podía salir de Argentina, y todo se fue dando para que así fuera. «Coincidió con los 18 años, que en Argentina es la mayoría de edad, entonces decidimos sacarlo porque un empresario de México nos propuso un proyecto interesante que era hacer in festival argentino en Guadalajara que involucrara comida típica, entonces propusimos que fuera el mismo Cosquín de Argentina, y a partir de ahí empezó a crecer. En México, curiosamente, fue sold out. Nosotros no nos lo esperábamos, de hecho lo hicimos en un lugar para 20.000 personas pensando en que vendrían 8.000. Un festival argentino en México, primera edición, agotado. La segunda edición fue maravillosa», recuerda Palazzo sobre el primer Cosquín en el país azteca.
«Nunca nos imaginamos que iba a ser un festival que iba a girar por toda Latinoamérica, pero bueno, se fue dando. Yo creo, además, porque es mi anhelo y trabajaré para que así sea, que el festival recorra todos los países de Latinoamérica para el 2020, para cuando cumpla 20 años y sea la celebración del Cosquín», confiesa Palazzo cuando se le pregunta por el futuro del Cosquín.
Este argentino de 48 años admite que este festival ha sido la alegría de su vida, y que de cierta forma también se convirtió en su familia, en un «hijo» del que está orgulloso. «Es posible que muera solo por viajar tanto, pero bueno. El Cosquín es como un hijo, porque me ha dado alegrías y angustias por igual. Yo tenía 28 años cuando fundé el festival, 20 años después estoy haciéndolo en todo Latinoamérica».
Vivir cada Cosquín como si fuera el último
A pocas horas de que suenen los primeros bajos del festival, José Palazzo le hace una invitación a quienes aun no han experimentado el festival en Colombia o en otros países, y rescata el incansable espíritu de un show que se renueva en cada parada. «Es una experiencia que incluye comida, bebida, conocer gente y escuchar música», y sentencia: «hay algo que me animo a decir… cada artista que toca en el Cosquín Rock toca su show como si fuera el último de su vida. Es un compromiso tácito de los músicos con la tarima del Cosquín. Vamos a hacer que las personas que están abajo pasen el momento de su vida, en eso trabajamos».