SmartFilms, el primer festival de cine hecho con celulares en Colombia, quiere sorprender en su cuarta edición que se realizará entre el 14 y el 16 de septiembre en Bogotá. Para eso, además de premiar el talento de nuestro país, se propuso tener como invitados especiales a los pesos pesados del arte. Uno de ellos es Álex Pina, nadie más, ni nadie menos que el creador de La casa de papel, quien conversará con los colombianos acerca de sus producciones y sus apuestas por hacer contenido diferente y profundo.
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Antes de su llegada a la capital, Publimetro habló algunos minutos con el español, quien nos habló de SmartFilms, por qué le tiene tanto cariño a Colombia, la revolución de hacer producciones con celulares, y por supuesto, sus nuevos proyectos.
Estará en nuestro país dándoles a los colombianos un poco de su conocimiento en la próxima edición de SmartFilms, y la verdad es que para usted no fue nada difícil aceptar la invitación…
La verdad tengo una relación muy especial con Colombia porque el último capítulo de La casa de papel lo escribimos allá, en el Parque Tayrona, en un hotel frente al mar. Y de alguna manera cuando me invitaron al festival dije: “tengo que ir”, porque la inspiración del último capítulo nació allá y además porque es un país maravilloso. A eso se suma que me han demostrado su cariño viendo la serie, así que fue muy fácil decir que sí a volver.
Sin duda, además del cariño que le tiene al país, debe haber otros aspectos, relacionados al festival como tal, que también lo hicieron tomar la decisión de hacer maletas y regresar a Colombia. ¿Cuáles fueron?
Creo que es un festival acertado porque para nadie es un secreto que ahora usamos nuestro celular para todo. Y además, en esta época un buen equipo puede ser utilizado para realizar grandes producciones.
Además, me parece emocionante que exista un evento de este tipo, que premie a personas de toda índole, y que por encima de las producciones pomposas, en las que se ha invertido mucho dinero, se galardone a aquellas mentes creativas que están empezando a realizar productos y que serán los genios del futuro a la hora de hacer ficción.
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Cuéntenos un poco de su participación en SmartFilms. Sabemos que estará hablando con el público pero, ¿de qué conversará con ellos?
Yo les voy a hablar de lo que sé hacer, tomando como ejemplo las últimas producciones que con mi equipo hemos realizado: Vis a Vis, La casa de papel y El embarcadero, que aún no ha visto la luz en ninguna parte del mundo y que se estrenará dentro de cuatro meses.
Y es que a pesar de tener personajes distintos e historias diferentes, todas tienen en común que navegan por la cotidianidad del ser humano, la ambigüedad moral y personajes que tienen claros y oscuros, que de pronto, sorprenden al espectador atravesando la línea sea para un lado o para el otro. Yo creo que ese es el gran aporte de la ficción contemporánea, hacer personajes más reales, más extremos, más sorprendentes y más estimulantes en sus diálogos. Y esto, un poco más extenso, es lo que intentaré hablar con la gente.
“Yo creo que al final las series son sus personajes, son lo que dicen y su manera de ver el mundo”, Álex Pina, creador de La casa de papel.
La temática de SmartFilms, como bien lo dice su nombre, tiene que ver con la realización de productos audiovisuales con celulares. ¿Ha apostado por el uso de celular para la grabación de sus producciones más importantes?
Sí, realmente lo hemos hecho. En la última producción, El embarcadero, la primera secuencia con la que arranca la serie está rodada con un celular, y a lo largo de los episodios hay otras más. Y eso nos permite darle a las imágenes realismo, mezclar texturas y ver todo tipo de posibilidades que antes no observábamos. Sin duda los celulares han sido un gran regalo que nos ha dado la tecnología y tenemos que aprovecharlo.
Hace un momento nos hablaba de El embarcadero, su nueva serie. Cuéntenos un poco de esa historia que tiene en esta ocasión protagonistas femeninas.
Habla de dos mujeres, como bien lo mencionas, que se conocen y todo porque comparten al mismo hombre. Pero es un relato que tiene mucho más que eso porque en el fondo muestra las diferentes fuerzas que se encuentran dentro de nosotros, sea del bien o del mal, pero que en determinados momentos de nuestras vidas pelean y forcejean de un lado para el otro, como un ángel bueno y uno malo.
Todo esto lo mostramos en una producción emocional con toques de suspenso, y en una serie que, hablando de paisajes, es la más bella que hemos hecho hasta ahora. Está rodada en un parque natural en España y es una serie con una sensibilidad tremenda y espero que a la gente les mueva las fibras tanto como a nosotros.
¿Qué le puede decir a todos aquellos que sueñan con crear series como La casa de papel, pero siguen teniendo miedo de no brillar?
Siento que estamos en un momento donde se premia la creatividad. Hace un tiempo los creadores tenían miedo a romper las fronteras, pero esta es una época en la que se ha podido cambiar el pensamiento y apostar por otro tipo de contenido, que sin duda, ha tenido mucho éxito.
A eso ha ayudado el apoyo de los espectadores quienes ahora, más que nunca, se dedican a ver series varias horas al día, lo que ha generado el crecimiento de la industria y ha despertado la curiosidad de futuros creadores.
Por eso estoy seguro de decirles a aquellos que quieren realizar producciones lo siguiente: “Tienen que romper barreras, apostar por nuevas vías e historias”.
¿De dónde ha venido la inspiración para la creación de series tan exitosas?
Tiene que ver con trabajar mucho, y en ocasiones, obsesivamente. De alguna manera se relaciona con la multiplicación de sinopsis que hace que el cerebro vaya generando pequeñas redes y fuentes para hacer más y más creaciones.
De tanto sembrar pensamientos de historias en nuestra cabeza, con el tiempo se logra llegar a una idea sin precedentes. Y aunque parece que nuestro cerebro olvida los pensamientos previos, la verdad es que no es así.
Siempre me ha gustado la ficción y crear historias, y considero que el resultado de todos esos años pensando y pensando ha dado fruto hasta ahora. Por eso creo que la inspiración viene de sentarse, trabajar y pasar muchas horas escribiendo en la pizarra. Ojalá vinieran durmiendo, pero no vienen.
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