Una cosa es lo que los televidentes ven en sus pantallas cuando sintonizan un concurso de televisión, y otra, muy diferente, es lo que ocurre tras bambalinas en el set y cuando las cámaras dejan de grabar. Esta comedia muestra cómo es posible que todas las pasiones humanas se reúnan en un escenario que aparentemente es pura alegría y diversión.
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¿Qué nos puede contar sobre El concurso y su personaje?
Es una obra escrita y dirigida por Dago, es una comedia muy fina con un humor muy creativo, producto de diferentes situaciones y no del chiste ramplón que es a lo que apuntan a veces para que la gente se divierta. Es un homenaje, se podría decir, a los concursos de los años 50. A la manera como se hacían los concursos de televisión en esa década. Somos tres personajes: Ernesto Calzadilla (presentador), Denise Hergett (coordinadora) y yo (concursante). Es una obra que está todo el tiempo haciendo partícipe al espectador de lo que ocurre en el concurso, y va de la realidad a la ficción y viceversa. Muestra lo que ocurre delante de las cámaras y detrás de ellas cuando ya todo termina y se quedan solos los personajes en el escenario. Mi personaje es el de la concursante, es una mujer ama de casa, de esas que ven la televisión y los concursos y sueñan no solo con los premios sino estar ahí con el presentador, que es un galán tremendo. Es una mujer muy ingenua pero en cierto punto de la historia comienzan a perder los estribos y la cordura.
Usted comenta que es una especie de homenaje, pero, ¿también hay algo de crítica hacia la figura de los concursos?
Sí, en realidad es algo bonito. Eso pasa porque el espectador asiste a un set de grabación donde el público va a ser testigo de todo. Veremos cómo se puede manipular un resultado, y la impotencia de un concursante al ver que realmente no puede hacer nada. Es muy divertido en ese sentido.
¿Podríamos decir que esta es una comedia?
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Sin duda alguna es una comedia muy fina, donde las situaciones hacen que la obra sea divertida para el público. El hecho de que involucremos al espectador y esté de cierta forma dentro del escenario es muy interesante.
A usted la vemos muy frecuentemente en comedias, ¿qué elementos hacen que una comedia sea grandiosa?
Yo, sin duda alguna, creo que una buena comedia la hace un buen escritor o un buen libretista que entienda de lo popular. Que entienda el proceso desde la descripción de los personajes, y también estoy convencida que uno como actor se lo debe tomar en serio durante cada momento y tratar de adentrarse de verdad en su universo. Para mí eso es lo que hace que una comedia sea buena. Desafortunadamente a mí me han encasillado en la comedia, pero no peleo con eso. En algún momento Dago me dijo, «eres la actriz más graciosa que he podido conocer», entonces cuando un director te hace una «declaración de amor» de este tipo tú solo puedes tener gratitud.
¿O sea que para hacer comedia hay que ser muy serio?
La mejor comedia es producto de una gran tragedia. Es tan trágica que hace que tú te diviertas con la situación, entonces siempre me lo tomo por ese lado, de hacerlo con toda la seriedad del caso, y con personas que respetan mucho su trabajo.
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