Ha sido un gran año para Aterciopelados. La banda de Andrea Echeverry y Héctor Buitrago se encuentra terminando la gira Reluciente, Rechinante y Aterciopelada por Suramérica en países como Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay. Estuvo en la primera edición del Cosquín Rock en Bogotá, y cerró 2017 con el lanzamiento del video oficial de la canción He venido a pedirte perdón, éxito del cantante y compositor mexicano Juan Gabriel.
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Por si fuera poco, para 2018, la banda presentará un nuevo disco con canciones inéditas. PUBLIMETRO habló con Héctor Buitrago para intentar conocer cómo se está gestando ese nuevo álbum desde las entrañas de una de las bandas más emblemáticas del rock colombiano.
He venido a pedirte perdón es una canción que ha tenido gran acogida, ¿Cómo fue la grabación del video?
Ahora que estuvimos en México la canción está gustando. El videoclip lo hicimos hace unas semanas y es la antesala del nuevo disco. Fue una especie de homenaje a Juan Gabriel, surgió debido a su muerte y Sony nos invitó a hacer una canción. Y así no seamos fans sabemos que muchos en Colombia nos sabemos las canciones de Juan Gabriel, como Querida. Nos sabemos partes de sus canciones, así que podría decirse que es un artista que está ahí presente. La canción la elegimos porque Andrea la recordaba bien, casi que se la sabía, hicimos una interpretación nuestra entonces fue chévere. Es un homenaje a un gran compositor, y ahora que se ha dado todo el tema de nuestras visitas a México nos ha ayudado a estrechar lazos con este país.
¿Qué nos puede contar del nuevo disco?
Estamos haciéndolo ya pero no hemos tenido mucho tiempo porque estamos viajando mucho. Ya tenemos ocho canciones, y nos falta grabar unas cuatro o cinco más en diciembre o enero. Así que seguro sí lo tenemos para el próximo año. Ya grabamos las primeras con ‘Cachorro’ López, hay tres que yo produje y falta ver cómo lo terminamos. Ya pensamos lanzarlo en abril o marzo del otro año.
Además de Aterciopelados, ustedes también tienen sus proyectos individuales como solistas. ¿Cómo funciona esa unión de ideas cuando se juntan a trabajar en algo para la banda?
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Bueno, pues, hacía diez años que no grababamos un disco con Aterciopelados, desde Río, porque Reluciente y Rechinante fue un trabajo «diferente». Ahora que nos juntamos a mirar las canciones de Aterciopelados como que cada uno se ha especializado en sus temas, en su manera de componer, así que Andrea llega con sus canciones y yo con las mías., Hacemos una selección y luego si hay algo que cada uno pueda aportar en las canciones del otro, pues apoyamos, aunque cada vez tenemos muy segura nuestra manera de componer y nuestro mensaje individual. Ese proceso de selección se junta con el hecho de estar de nuevo en Aterciopelados, tocando, conviviendo y haciendo gira. Entonces de alguna manera las últimas canciones que compusimos vienen ya impregnadas con más de lo que significa estar en «movimiento Aterciopelados», a pesar de que son composiciones de cada uno. El feedback continuo, las entrevistas, la manera como vamos presentando nuestras inquietudes, lo que nos mueve, lo que queremos decir con las letras, los arreglos que tenemos ahora, todo eso influye. Eso es lo que vamos adelantando. También tenemos la llegada de un productor como ‘Cachorro’ López, que en el estudio nos permite momentos de cambio, de creatividad, de cambios de palabras, de frases. Hemos trabajado muy chévere en esta etapa pero ha sido diferente a como lo hacíamos antes. Fue difícil retomar, porque pasó una década.
Hablando de eso, Aterciopelados estuvo en el primer Rock al Parque, y también en el primer Cosquín Rock, ¿qué se siente continuar inaugurando festivales en el país después de todo este tiempo?
Nos ha tocado abrir muchas puertas desde que comenzamos, y creo que por esa razón nos invitan a estos eventos en los que se abre por primera vez ese espacio. Cosquín es un festival con un cartel de festival internacional, y nuestro nombre les atraía porque hemos estado en Chile, México, Argentina… eso es lo chévere, se nota que cada festival tiene su propio sello personal. Creo que el nombre de Aterciopelados junto a Fabulosos Cadillacs o Attaque 77 hizo honor al Cosquín Rock para su inicio en Bogotá.
La cifra: 20 premios musicales, entre esos dos Grammy Latinos, tiene Aterciopelados en 25 años de carrera.
Todavía en las nuevas canciones se siente algo de esa primera fuerza, esa rebeldía que cautivó al público en los noventas, ¿Aterciopelados todavía define su trabajo como ‘canción protesta’?
¡Sí! definitivamente. Porque cada uno, Andrea y yo, tenemos nuestras motivaciones. Cosas que nos mueven mucho en la vida diaria. Entonces al comienzo había muchos mensajes de amor pero ahora creo que son unos temas más universales que tienen que ver con problemáticas ecológicas, el tema de lo femenino… pero siempre con nuestro tipo de humor, nuestra poesía. Siempre nos preocupamos porque el nuestro no sea un lenguaje panfletario o simplemente contestatario, sino que venga con poesía, incluso con amor. Las canciones que llevamos ahora van por ese lado., Son canciones chéveres, relajadas. Tienen lo que nos mueve actualmente, cotidianamente. Los arreglos tienen una mirada al futuro, nada de cosas que hayamos hecho, queremos experimentar, presentarnos de otra manera. Estamos contentos con lo que hemos hecho y por la manera en que va el disco.
En todo este tiempo tocando, ¿cómo cree que el público ha aprendido a apreciar el rock?
Uy, realmente muchísimo. Yo diría que es incluso todo el continente un poquito. Lo hemos vivido porque alcanzamos a tocar en festivales donde todavía había públicos algo intolerantes. Los festivales han logrado que haya más convivencia. Se han convertido en un lugar de encuentro cada vez más importante para la gente que ama la música, los jóvenes. Brinda una serie de géneros, ritmos, etc. Eso ha servido para tener espacios de convivencia sin la presión de que haya rechazo por no querer escuchar a algún grupo. Recuerdo la época cuando tiraban monedas a los escenarios, eso ya quedó atrás.
Los ‘atercios’, en álbumes de estudio
1 – Con el corazón en la mano (1993)
2 – El Dorado (1995)
3 – La pipa de la paz (1996)
4 – Caribe atómico (1998)
5 – Oye (2006)
6 – Río (2008)