La Santa Cecilia se lanza a las calles de Ciudad de México en «Amar y vivir», un disco de versiones grabadas en vivo con el que quieren demostrar que se sienten tanto de México como de Estados Unidos con todo su «corazón» y su «alma».
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«La canción ‘Méxicoamericano’ representa mucho de lo que siento en mi corazón como mexicoamericana», explicó en una entrevista con Efe Marisol «La Marisoul» Hernández, la carismática cantante de La Santa Cecilia.
«Creímos que era perfecto incluirla (en el disco) porque es como decir: ‘Nos sentimos de dos lugares, con todo el alma, con todo el corazón, cuando estamos en México o cuando estamos en Estados Unidos», añadió.
Hermanando la efervescente escena latina de Los Ángeles con la tradición y la solera de Ciudad de México, La Santa Cecilia edita el próximo viernes «Amar y vivir», un bello homenaje a las canciones que han educado sentimentalmente a generaciones de hispanos y un álbum en el que la banda angelina devuelve esos temas a su lugar de origen: las calles, las plazas y las cantinas.
«Desde hace mucho tiempo teníamos ganas de grabar un disco de boleros y música tradicional porque de ahí venimos. Nos hicimos músicos tocando esas canciones (…). Tocábamos boleros, rancheras y huapangos en fiestas, bodas, ‘quinceaños’ y cosas así», relató la cantante al enfatizar que con este trabajo La Santa Cecilia retorna a su «esencia».
«Amar y vivir» incluye versiones de Violeta Parra, Café Tacvba, Juan Gabriel, Los Lobos o José Alfredo Jiménez grabadas con invitadas como Eugenia León o Mon Laferte durante cinco días en lugares emblemáticos de la Ciudad de México como el Zócalo, la plaza Garibaldi o el Salón Tenampa.
Los integrantes de La Santa Cecilia, que este año cumple diez años de exitosa trayectoria, subrayaron que la banda pasa por una etapa «muy bohemia, con muchas ganas de amar y de seguir la vida».
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De ahí surgió esa aventura de registrar este disco en lugares públicos donde no existe «la ansiedad de que todo salga perfecto» y hay espacio para la espontaneidad y la «honestidad» musical.
«Tienes la libertad en tu mente y en tus ojos para ver una ciudad grande y un cielo, en lugar de estar encerrado en un cuarto con la concentración y con los auriculares», describió el percusionista Miguel «Oso» Ramírez.
El resultado es un trabajo en el que suena el lamento desgarrado de «Ódiame», el deseo romántico de «Amar y vivir», el nervio «rockabilly» de «Méxicoamericano» o los lloros ante la barra de «En el último trago».
«Amar y vivir» cuenta además con videos de cada una de las grabaciones en vivo de los temas en los que se ve, por ejemplo, a «La Marisoul» entonar entre lágrimas «Amor eterno» en la plaza Garibaldi, todo un lugar de peregrinación para los amantes del mariachi.
«Lo que una a estas canciones es que tienen una fuerza para ser una canción clásica o una canción popular del repertorio latinoamericano. Creo que es lo que une a ‘Ingrata’ de Café Tacvba con ‘Amar y vivir’ de Consuelo Velázquez. No importa el tiempo: creo que el peso está en la letra, la melodía, en lo que te hace sentir cada canción», opinó la vocalista.
«Son canciones con las que crecimos, con las que aprendimos a tocar la guitarra y que significan mucho para nosotros», agregó «La Marisoul», mientras que Miguel «Oso» Ramírez indicó que se trata de composiciones que educan «a vivir, a sentir, a identificar lo que es que te quiebren el corazón o lo que es el amor».
Como orgullosos hijos de inmigrantes, los miembros de La Santa Cecilia subrayaron su conexión con México y apuntaron que este álbum supone, en cierta medida, un regreso nostálgico y una reivindicación.
«Todavía hay un chingo de estigmas, de barreras mentales, de que se piensa que hay tanta separación entre los mexicanos de este lado y de ese otro lado (…) Pero estamos pegados los unos a los otros. Hay que quebrar todas esas pendejadas de que todos somos bien diferentes», opinó Ramírez antes de asegurar que, a un lado y otro de la frontera, está «la misma gente y la misma sangre».