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Martín Elías aún vive: así mantienen intacta la presencia del cantante en Valledupar

El Festival fue la excusa ideal para presenciar que el hijo de Diomedes Díaz, recientemente fallecido en un accidente, está más vigente que nunca.

“Martín Elías era muy generoso. Un día me pagó 50.000 pesos por llevarlo al aeropuerto. Mis colegas dicen que me fue mal, él siempre ‘tiraba’ de a cien mil”.

Ese es el recuerdo que tiene Carlos, un taxista, de su ídolo Martín Elías Díaz Acosta. La partida del artista está muy fresca en Valledupar. En medio de la fiesta de acordeones que consagró a Álvaro López (último acordeonero de Diomedes Díaz) como rey de reyes vallenato, una ciudad completa continuó llorando al cantante que hace apenas 20 días vivía, cantaba y parrandeaba.

La ciudad estuvo pintada con su imagen, durante la edición 50 del Festival. Las marcas que lo patrocinaban siguen explotando su imagen, sea para vender la caja de aguardiente, el whisky más fino, o el mercado informal en el centro de Valledupar, donde las camisetas y gorras amarillas ‘martinistas’ se venden como pan caliente.

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“Martín Elías me dio plata aún después de muerto; el día de su funeral me hice 350 mil en carreras, ufff. Y eso que me fui a dormir porque ya no daba más, o si no…”. El testimonio de Carlos se le puede atribuir a cualquiera que viva del comercio vallenato: el ídolo todavía es una máquina de generar dinero.

Los eventos del Festival Vallenato fueron promocionados con su rostro y sus canciones. En el tradicional concierto ‘Tsunami Vallenato’ y en otros simultáneos, que albergan a los mejores exponentes de la música vallenata en una sola noche, Los artistas ‘viejos’ como Jorge Oñate y poncho Zuleta, hasta los nuevos como ‘Churo’ Díaz y el grupo Kvrass, se unieran para homenajear a Martín.

Incluso, la imagen del ‘terremoto’ fue tan fuerte, que opacó a artistas de la talla de Ricardo Montaner y Daddy Yankee en el Parque de la Leyenda Vallenata. En todos los escenarios pareció verse a Martín Elías resucitado. El grupo de músicos que dejó el cantante se presentaron en tarima, liderados por el amigo entrañable y acordeonero de él, Rolando Ochoa.

Juntos interpretaron una vez más las canciones con las que la gente desbordaba de emoción cada vez que Martín se presentaba. ‘El látigo’, ‘El terremoto’, ‘Ábrete’, ‘Mi ex’, ‘Diez razones para amarte’, y muchos éxitos fueron interpretados, pero esta vez no en la voz de Martín Elías, sino en la de Elder Dayan, su hermano.

Quienes escuchan su timbre de voz dicen que es muy parecido al del difunto cantante. Los expertos auguran que será el encargado de mantener vivo el legado de la familia de Díaz, que empezó con Diomedes y que Martín Elías representaba a la altura. En la garganta de este nuevo exponente se siente al ‘Cacique’ y a su hijo vivos.

A las afueras de la ciudad, en un lugar lleno de verde se encuentra Jardines del Ecce Homo. En ese camposanto descansan los restos de Martín Elías, aunque nunca está solo. Su tumba se convirtió en el destino turístico más frecuentado por los visitantes al Festival, donde aprovechan para sacarle una foto, dejarle flores o echarse sus tragos al pie de la lápida.

Una carrera al cementerio vale tres veces más que al interior de la ciudad. La gente, gustosa, paga por darle a su manera el último homenaje al hijo de Diomedes. El Festival Vallenato en su edición 50 culminó, pero no así la devoción por el artista; como decía el taxista: “Martín Elías sigue dando plata aún después de muerto”.

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