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Lars Von Trier teme no poder hacer más películas tras dejar las drogas

Copenhague, 29 nov (EFE).- El director de cine danés Lars von Trier confesó hoy en una entrevista al diario Politiken que recurrió a las drogas para escribir sus películas y que, ahora que las ha dejado, teme no ser capaz de seguir haciendo cine.

Su adicción a la bebida comenzó con «Breaking the Waves» (1996) y, a partir de entonces, recurrió a un cóctel de una botella diaria de vodka y «una droga euforizante» para escribir, confiesa en su primera entrevista en tres años, tras ser declarado «persona non grata» en el Festival de Cannes por unos polémicos comentarios sobre Hitler.

«No sé si podré hacer más películas, y eso me atormenta. Porque qué voy hacer, si no, conmigo?», afirma el cineasta, que confiesa su miedo a que sus filmes no sean lo suficientemente buenos.

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Von Trier asiste a reuniones de Alcohólicos Anónimos y lleva noventa días sin tocar ninguna droga, pero le preocupan los posibles efectos de la sobriedad sobre su capacidad creativa.

«Ninguna expresión creativa con valor artístico ha sido creada nunca por exalcohólicos o exdrogadictos», afirma.

El cofundador del movimiento Dogma asegura por ejemplo que «Dogville» (2003) fue escrita en doce días bajo un estado de euforia continuo que le permitía acceder a un «mundo paralelo» donde las ideas surgían con fluidez y se sentía seguro al tomar decisiones.

«Nymphomaniac» (2013), su última película, fue la primera que escribió sobrio, y le costó en cambio un año y medio hacerlo.

«Está claro que el mundo paralelo cuesta, pero recibí también muchas alegrías, igual que todos los artistas que he admirado se han lanzado a todo tipo de drogas de cambio de comportamiento», explica.

Von Trier sostiene que el alcohol es «la mejor droga del mundo» y que la ha usado regularmente «contra los miedos estúpidos que surgen todo el tiempo», porque funciona con «exactitud», aunque a largo plazo «lo hace de forma negativa, por desgracia».

El creador de películas como «Dancer in the Dark» e «Idioterne» no concedía entrevistas desde que en mayo de 2011 se vio envuelto en un escándalo durante la presentación de «Melancholia» en Cannes, al mostrar su «comprensión» por Hitler como persona.

La organización de Cannes, el mismo festival que lo llevó a la cima del cine europeo, lo declaró «persona non grata».

La polémica rueda de prensa que desató el escándalo fue la primera que daba sobrio, y eso hizo que se sintiese inseguro y que no se expresase con claridad, afirma.

Su «fascinación» por Hitler es similar al que uno puede tener por Hannibal Lecter, el sanguinario protagonista de «El silencio de los corderos», señala ahora el director danés, que aparece sentado, desnudo de cintura para arriba y con el cráneo y la cara afeitados en la portada de hoy de Politiken.

A pesar de sus dudas creativas, Von Trier admite que está estudiando la idea de rodar una serie de televisión en inglés, pero que de momento sólo tiene el título: «The House that Jack Built» (La casa que Jack construyó).

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