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“La Jaula de Oro”, de Quemada-Díez, reina de la noche en la gala del cine mexicano

México, 27 may (EFE).- La historia de tres adolescentes migrantes que viajan en el tren «La Bestia» hacia Estados Unidos, dirigida por el español Diego Quemada-Díez, triunfó en la 56 entrega de los premios Ariel del cine mexicano con nueve galardones, entre ellos el de mejor película y mejor ópera prima.

«Nuestra alegría es la tristeza y el sufrimiento de muchos migrantes. Como decía mi abuelo, ‘las parajodas de la vida'», dijo el cineasta al recibir el premio a la mejor cinta que dedicó a México, un «gran país» que lo acogió hace 10 años, aunque lleva 20 siendo «migrante» por la falta de oportunidades de hacer cine en España.

En México, durante una temporada que le tocó vivir junto a las vías del tren, empezó a crear esta dura historia de personas que buscan un sueño y en el camino se encuentran con la crueldad de quienes quieren extorsionarlos, violentarlos o incluso matarlos.

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El equipo de producción también dedicó la película, multipremiada en decenas de festivales internacionales, a los migrantes que día a día tienen que hacer esa ruta, y pidió a las autoridades que trabajen para ver de qué manera se mejoran sus condiciones.

Además de los premios a mejor película y mejor ópera prima, la cinta consiguió los galardones de mejor coactuación masculina para Rodolfo Domínguez, mejor edición, mejor sonido, mejor música original, mejor fotografía, mejor guión original y mejor actor, el guatemalteco Brandon López, quien dijo que el filme le ha permitido cumplir su sueño de alcanzar la fama.

«Mi sueño era ser famoso y aquí estoy, rodeado de actores de telenovelas y películas», dijo el joven, quien fue descubierto tras un casting en una barriada de Guatemala.

Por su papel logró ganar también el premio a la mejor interpretación de la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes, junto con sus compañeros Karen Martínez y Rodolfo Domínguez.

Otro ganador de Cannes, el mejor director en 2013, Amat Escalante, obtuvo hoy el Ariel al mejor director por su cinta «Heli», que retrata la cruda realidad de violencia con la que se enfrentan día a día miles de personas en México.

La gala, mucho menos sobria y más divertida que en ediciones anteriores, comenzó con un diálogo entre los dos presentadores, Regina Orozco y Enrique Arreola, haciendo sátiras sobre el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y México que hace que las salas se saturen con películas estadounidenses y no haya lugar para exhibir el cine nacional.

«Los que negociaron el tratado se dejaron meter más goles que la selección mexicana (de fútbol)», dijo Orozco, quien refirió que, sin embargo, hay una colonia entera de mexicanos haciendo cine en EE.UU.

Precisamente hubo palabras satíricas para el oscarizado mexicano Alfonso Cuarón y su «Gravity», a quien acusaron de apoyar poco el cine nacional porque, dijeron, «está en la estratósfera».

La presidenta de la Academia Mexicana de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Blanca Guerra, pronunció también un duro discurso y exigió al Gobierno que lleve a cabo políticas que permitan a las películas nacionales competir de un modo más justo con producciones extranjeras.

«Mucho hemos escuchado acerca del compromiso del Ejecutivo federal con el fomento a la cultura. Es hora de ver en el terreno de la exhibición y la distribución cinematográfica hasta dónde llega esa disposición», apuntó.

Aseguró que «no será la inercia la que revierta el entorno abismal y desigual en el que el cine mexicano tiene que competir por las pantallas comerciales», y que para recuperar el interés de los espectadores «son imprescindibles el apoyo y la lealtad» de los dueños de las cadenas de exhibición, los políticos y los medios de comunicación.

Refirió que en 2013 se produjeron 126 películas, un número que no se producía desde los años cincuenta, tan alto que muchas de las categorías de premiación han ampliado sus nominaciones hasta cinco.

Sin embargo, de las 248 millones de entradas de cine que se compraron sólo 12 % fueron de películas mexicanas, una cifra preocupante pero muy superior a la de 2012, cuando el dato fue de 4 %.

En la categoría de mejor película iberoamericana resultó ganadora la chilena «Gloria» de Sebastián Lelio, coproducida con España, que trata sobre las experiencias de una mujer madura que busca el amor. Recogieron el premio algunos miembros del equipo, entre ellos la protagonista Paulina García.

El premio a la mejor actriz fue para Adriana Roel por la ópera prima de Natalia Beristain «No quiero dormir sola», mientras que la mejor coactuación femenina fue para Lisa Owen por «Los insólitos peces gato».

La cinta «Cinco de mayo: la batalla» ganó dos premios, los de mejores efectos especiales y mejores efectos visuales, el mismo número que «Ciudadano Buelna», que ganó por mejor diseño de arte y mejor diseño de vestuario.

Otros premios que se repartieron fueron el de mejor cortometraje documental, que obtuvo «Un salto a la vida» de Eugenio Polgovsky, mejor maquillaje para «Halley», mejor cortometraje de animación para «Lluvia en los ojos», mejor cortometraje de ficción para «Música para después de dormir», mejor guión adaptado para «Tercera llamada», y mejor documental para «Quebranto».

En la noche recibieron el Ariel de Oro por su carrera el director Arturo Ripstein y el actor Ernesto Gómez Cruz, mientras que el actor Ignacio López Tarso recibió un homenaje en vida y los ya fallecidos José Revueltas y María Félix recibieron un tributo.

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