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Jean Pierre Jeunet opina que “en Hollywood no hay libertad, todo está formateado”

San Sebastián (España), 28 sep (EFE).- «The Young and Prodigious Spivet», el filme de Jean Pierre Jeunet que hoy clausura el Festival de San Sebastián, ha sido rodado en EE.UU. y en Canadá, pero no es una película americana, según el director, porque «en Hollywood no hay libertad, todo está formateado e impera la ley del beneficio».

«Es una película americana falsa, con producción francesa y canadiense», ha subrayado el director de «Amelie», que en «Alien Resurrection» comprobó lo que significaba rodar para un gran estudio americano y las concesiones que implica.

«Para mí, lo más importante en el cine es la palabra libertad», ha subrayado durante la rueda de prensa posterior a la proyección, en estreno mundial, de su nueva película, que narra en 3D el viaje de un niño prodigio de 12 años, a través de EE.UU., para recoger un prestigioso premio científico.

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Basado en una novela de Reuf Larsen, el argumento se centra en el personaje de Spivet (Kyle Catlett), que vive en un rancho de Montana con sus padres, una insólita pareja formada por un rudo «cowboy», interpretado por Callum Keith Rennie, y una naturista especializada en la morfología de los saltamontes y otros insectos, Helena Bonham Carter.

Spivet tiene dos hermanos, Layton (Jakob Davies), que es el favorito de su padre, y Gracie (Niamh Wilson), una adolescente obsesionada con convertirse en una estrella del cine o la televisión.

La adaptación de la novela ha corrido a cargo del propio Jeunet y de Guillaume Laurent, con quien ya trabajó en «Le fabuleux destin d’Amélie Poulain» y en «Un long dimanche de fiançailles».

El propio Larsen ha contado hoy en San Sebastián que otros cuatro directores le hicieron ofertas para llevar al cine al pequeño Spivet. Ni más ni menos que Tim Burton, Alfonso Cuarón, Wes Anderson y Guillermo del Toro, pero fue finalmente Jeunet quien se llevó el gato al agua.

«Todo lo que aparece en la película, salvo algún detalle, estaba en el libro», asegura un Jeunet asombrado por la cercanía del universo de Larsen al suyo propio, algo que el escritor, de ascendencia noruega explica declarándose fan de películas como «Delicatessen» o «Le fabuleux destin d’Amélie Poulain».

Jeunet «ya estaba en la novela» antes de adaptarla, ha señalado.

El director, por su parte, destaca dos temas principales que acercan la historia a su filmografía y sus obsesiones: la dualidad poesía/ciencia y «la sinceridad» de un niño en el que él mismo se ve identificado.

«Es un niño que se dedica a dibujar y que de pronto se ve propulsado a primera fila, pero no le interesa, lo único que quiere es volver a su casa a seguir dibujando», señala.

«Yo hago películas por el placer de hacerlas», añade citando a Jean Renoir, y «eso es lo que les enseño a mis alumnos».

Eso sí, cuando se le pregunta por su próximo proyecto, asegura que no tiene ni idea. «Creo que ya he filmado todo lo que me gusta, no sé qué voy a hacer después», dice el cineasta, acostumbrado a tomarse su tiempo entre una película y otra. Su anterior trabajo, «Micmacs à tire-larigot», es de 2009, aunque en España se estrenó dos años después.

Sobre el uso del 3D, explica que la novela original estaba llena de dibujos en los márgenes que pedían a gritos ser recreadas en tres dimensiones, una técnica que por otro lado no le resulta extraña, ya que, desde bien pequeño, aunque de forma rudimentaria, se dedicaba a «cortar imágenes y cambiar el orden» con un viejo «View Master».

«The Young and Prodigious Spivet» se estrenará en Francia el 16 de octubre y en España, aunque aún no hay fecha concreta, a lo largo de este invierno.

San Sebastián, 28 sep (EFE).- Como al niño protagonista de «The Young and Prodigious Spivet», a Jean Pierre Jeunet no le gusta estar bajo los focos, pero la promoción obliga, y el director francés atiende con paciencia y buen humor a todos los periodistas que le preguntan por su nueva fábula.

«Es verdad que la realidad no me atrae en absoluto», dice a Efe en relación con el tono de cuento que suele acompañar sus películas, incluida la que hoy se presenta, en estreno mundial, en la clausura del Festival de Cine de San Sebastián.

«Me gustan los artistas que tienen una mirada sobre el mundo, que se separan un poco. Para hacer películas realistas, con personas de hoy en día, prefiero ver un documental. El cine de la realidad me aburre», asegura el autor de títulos como «Le fabuleux destin d’Amélie Poulain» y en «Un long dimanche de fiançailles».

Basado en una novela de Reuf Larsen, «El extraordinario viaje de T.S. Spivet» narra, en 3D, el viaje de un niño prodigio de doce años a través de Estados Unidos, con el fin de recoger un prestigioso premio científico.

Spivet (Kyle Catlett) hace las maletas y deja atrás su rancho de Montana sin decir nada a sus padres, una insólita pareja formada por un rudo «cowboy» interpretado por Callum Keith Rennie, y una naturista especializada en la morfología de los saltamontes y otros insectos, pensada específicamente para Helena Bonham Carter.

«Alguna vez me he sentido como Spivet al salir a recoger un premio y no tener nada que decir. He llegado a ponerme contento de no ganar por no tener que subir ahí y hablar en inglés», ha admitido.

Él también prefiere, remarca, «estar en casa, entre dibujitos y ‘story boards'».

Jeunet no es un director prolífico. Con siete títulos en más de veinte años de carrera, su última producción, «»Micmacs à tire-larigot», es de 2009. Y es que para embarcarse en un proyecto, éste tiene que reunir al menos cinco requisitos: ser una buena historia, tener buenos personajes, emoción, humor y gráficos originales.

La novela de Spivet se la descubrió su lector, un profesional que conoce sus gustos. «En la décima línea ya estaba enamorado», dice. «Cuando vas a pasar tres años con una historia, tienes que enamorarte, y no es fácil que ocurra algo así».

Así que llamó a su autor, Larsen, que no se lo podía creer: Jeunet era uno de los cinco nombres que el escritor de ascendencia noruega había escrito en su lista de directores con los que soñaba para la adaptación. Los otros eran Wes Anderson, Alfonso Cuarón, Tim Burton y Guillermo del Toro.

«Luego me dijo que yo era el primero, no lo sé, pero fui el primero que le llamó», apunta Jeunet.

También ha habido veces en que el proyecto lo tenía todo, pero finalmente se le escapó de las manos, como ocurrió con «Life of Pi», que finalmente filmó Ang Lee.

«Pasé mucho tiempo trabajando en ella, hice todo el ‘storyboard’, 3.500 fotos de una maqueta, un montón de dibujos, escribí el guión, busqué las localizaciones, fue mucho trabajo», recuerda frustrado.

«Al final, me dijeron que no, porque era demasiado caro, no podíamos superar los 60 millones de euros, y todo porque en ese momento había gran diferencia entre el euro y el dólar», prosigue.

Jeunet pidió a los productores que le esperaran dos o tres años, mientras rodaba otro guión.

«Pero no me esperaron, y la hizo Ang Lee por 150 millones», desvela. «Ang Lee es de Taiwán, amigo del presidente de la República, y le dieron mucho dinero para hacer la película. Yo no podía hacerlo así».

El autor de «La cité des enfants perdus» vio el trabajo de Lee y dice que le gustó. «Sobre todo, la parte central, el naufragio, pero el principio y el final es un copia-pega del libro; nosotros hicimos una adaptación que creo que es mejor», señala burlón.

Sobre el hecho de trabajar con Helena Bonham Carter, que ha cancelado su asistencia al festival, asegura que fue «muy fácil», aunque la próxima vez le gustaría que fuera un rodaje «más loco», porque ella «es capaz de tantas cosas: es increíblemente creativa».

En cuanto al niño, Kyle Catlett, confiesa que le costó encontrarlo, pero no se arrepiente de la elección.

«Es un niño extraordinario, con una historia personal increíble. Habla cinco idiomas, es campeón del mundo de artes marciales. Se trata de alguien muy positivo y luminoso, no tiene miedo de nada», enumera Jeunet.

Dice que cuando se pusieron a trabajar, él estaba convencido de que Catlett tenía escondido el 20 % de su capacidad. «Pero era el 60 %», exclama, y lo sitúa al mismo nivel técnico que Audrey Tatou, que para él significa la excelencia.

A partir de ahora, los dos formarán parte de la misma familia, al menos sus personajes, Spivet y Amelie, la familia de fábula de Jean Pierre Jeunet.

San Sebastián (España), 28 sep (EFE).- «Dallas Buyers Club» (2013) del director Jean-Marc Vallée, ha sido la ganadora del premio Sebastiane 2013 que concede la asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco (GEHITU), y que fue presentada en la sección Perlas de la 61 edición del Festival de San Sebastián.

El jurado ha valorado que la película del director canadiense, también autor de «Café de Flore», aborda la deuda histórica que la sociedad mantiene aún con los primeros afectados por el VIH.

En su opinión, es «probablemente la primera película que resalta el hecho de que los gays y transexuales de toda condición social se unieron, desesperados y segregados por la inmensa mayoría de la sociedad, en la búsqueda de su propia supervivencia, adelantándose a los médicos y a los intereses de las farmacéuticas».

«Dallas Buyers Club» cuenta cómo Ron Woodroof, un heterosexual homófobo, machista y buscavidas, transforma su visión negativa de la homosexualidad, al experimentar en carne propia el rechazo y la ignorancia.

El jurado, que dio a conocer anoche estos premios, estaba compuesto por los socios del colectivo Igor Blanco, Joseba Errekalde, Juanjo Arin, Nicolás Subirán, Javi Irigoien y Joaquín Garrido, y ha estado presidido por Pavel Cortés, director del Premio Magüey del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, México (FICG).

El jurado también otorgó una mención honorífica a la película venezolana «Pelo malo», dirigida por Mariana Rondón, que fue presentada en la Sección Oficial, por «reflejar el rechazo violento y la incomprensión de una madre hacia su hijo por miedo a que no sea heterosexual».

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