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Un museo francés busca con Indiana Jones la relación entre realidad y ficción

París, 13 abr (EFE).- Personajes como Indiana Jones se introducen desde hoy en un museo francés para convertirse en protagonistas de una exposición que explora la manera en que la ficción ha plasmado la arqueología.

El joven museo de Archéa, situado en la localidad de Louvres, a 30 kilómetros al noroeste de París, propone un recorrido lúdico y documental de esa ciencia que abarca desde el primer milenio antes de Cristo hasta la actualidad.

Con referencias al cine y a los cómics como telón de fondo, y en menor medida a las novelas y la prensa, la muestra pretende sumergirse en esos medios para cuestionar nuestra relación con la arqueología.

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«Elegimos la ficción porque es una manera fácil y directa de atraer a las personas que no son expertas en arqueología. Nuestro museo tiene la vocación de estar abierto a todo tipo de público», dijo a Efe la comisaria, Cécile Sauvage.

Bajo el título de «Silencio, se excava», esta exposición, abierta hasta el 23 de diciembre, propone un recorrido temático que se inicia con la figura idealizada del arqueólogo científico, representado como un hombre mayor y con barba que descifra inscripciones antiguas como jeroglíficos en un contexto colonial.

Otra faceta de la investigación arqueológica imaginaria es la que otorga a esos expertos una minuciosidad propia de los detectives, como la reflejada por la escritora Agatha Christie en su novela «Asesinato en Mesopotamia», que contribuye a difundir la idea de que la arqueología no es una disciplina aburrida.

El acento aventurero lo imponen el profesor Indiana Jones de los filmes de Steven Spielberg o la heroína de vídeo juegos Lara Croft, y ambos son la prueba, según sus responsables, de que la atracción por los mundos lejanos y desconocidos sigue vigente.

Otro de los enfoques que se plantean es la relación ambigua entre el arqueólogo y la sociedad, pues su figura se presenta a veces como la de un héroe romántico y otras como un profanador de tumbas que está en contacto con la muerte.

Un ejemplo del primer caso sería la película «La rosa púrpura del Cairo» (1985), de Woody Allen, mientras que en la novela de Edgar Allan Poe «Pequeña discusión con una momia» (1845) se plasmaría el perfil de aquél poco escrupuloso con las momias y el patrimonio indígena.

La exposición también subraya que esta disciplina ha evolucionado en la ficción de manera paralela a la realidad, especialmente desde los años 70, donde se comienza a presentar al arqueólogo como un profesional que trabaja en el laboratorio y se apoya en instrumentos modernos.

Al mismo tiempo, el museo aprovecha su vocación educativa para poner de relieve algunos de los hitos históricos del desarrollo de esta ciencia, como el descubrimiento de Troya en 1871 por Heinrich Schliemann o las ruinas de Machu Picchu por Hiram Bingham en 1911.

Recuerda igualmente que las excavaciones arqueológicas se han convertido en enclaves relevantes por su institucionalización e interés político, además de haber logrado que algunas de ellas sean consideradas patrimonio de la humanidad.

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