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‘La Azcárate’ sin tapujos

Entrevista. Sin pelos en la lengua y con ese particular sentido del humor que la caracteriza, Alejandra Azcárate confesó su satisfacción por hacer parte de la tripleta de jurados de ‘Colombia tiene talento’

Aunque para algunas personas tanta franqueza no es buena, pues la ven como una mujer irreverente, ella piensa que la sinceridad es un factor indispensable en la vida de toda persona, y que las cosas hay que decirlas sin tantos rodeos. 

Sin embargo, contrario a lo que muchos creen, Alejandra es muy sensible, por eso prefiere no conocer las historias que hay detrás de los participantes para poder ser objetiva a la hora de dar su veredicto.  

Haciendo gala de su personalidad arrolladora, habló de una de sus facetas del pasado, de su filosofía como jurado de ‘Colombia tiene talento’ y de su relación con Paola Turbay y Manolo Cardona.

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Cuando le propusieron hacer parte del equipo de jurados de ‘Colombia tiene talento’, ¿aceptó de inmediato?

Sí, tan pronto logré coordinar la agenda en torno a las actividades que estaba haciendo en ese momento, no lo dudé un segundo, y menos sabiendo que iba a estar junto a Paola Turbay y Manolo Cardona, dos personas con las que uno puede jugar, divertirse, opinar y no conflictivas. 

¿La sorprendió la propuesta?

Más que sorprenderme la agradecí. Pienso que es una buena oportunidad para que la gente me vea desde otro punto de vista y me perciba tal y como yo soy, no a través de la interpretación de un personaje, ni de ‘La Azcárate’ de comedia, sino como yo soy, una mujer que se alegra de manera eufórica cuando un acto la sorprende, que va diciendo las cosas como son, o que llora si algo la conmueve.  

Usted habla de decir las cosas como son, ¿no cree que por tanta sinceridad la gente la puede ver como ‘la mala’ del paseo?

Yo nunca le he temido a eso, pero si la gente cree que la sinceridad es sinónimo de maldad, entonces sí soy perversa. No creo que la bondad esté asociada a la hipocresía o a la sutileza, y la maldad, a la manera tajante y clara de decir las cosas. Yo simplemente tengo una manera de expresar mis ideas de forma directa y radical, no creo que eso tenga nada bueno ni malo, simplemente es una vía de expresión, nunca mi intención es agredir, por el contrario, espero que esa persona a la que le digo algo, saque algo positivo para su vida porque este es un programa constructivo, no destructivo. 

¿Qué tiene en cuenta a la hora de evaluar el talento de un participante?

Desde que nosotros empezamos el proyecto, los productores fueron muy claros en decirnos que no querían que esto fuera un juego de roles preestablecidos, sino que cada uno se mostrara como es, evaluando el fondo de los actos porque aquí ninguno de nosotros es cantante, bailarín, trapecista, malabarista, simplemente vemos los actos y los criticamos desde un punto de vista positivo, como cualquier televidente. Yo lo que evalúo es lo que percibí y sentí en esos dos minutos que tienen para presentar su acto, prefiero no conocer la historia que hay detrás de cada participante para poder ser objetiva, y no dejarme llevar por los sentimientos.

¿Algún acto la ha dejado sin palabras?

Sí, en Barranquilla un cantante lírico que interpretó el Ave María me contrajo el corazón y me lo volvió una pasa en dos segundos, se me vinieron las lágrimas y no pude hablar. 

¿Cómo es su relación con Paola y Manolo?

Paola llenó las expectativas de la imagen que yo tenía de ella. Es una mujer inteligente, bella físicamente, carismática, tiene una capacidad de entrega frente a la gente que es inagotable. Ella puede trabajar 20 horas al día y siempre tiene una sonrisa, siempre tiene una respuesta amable. Algo que me ha sorprendido es que pensamos cosas muy similares cuando se presenta un participante, tenemos las bases muy claras sobre las cuales juzgamos. Lo que pasa es que ella lo dice de manera dulce y yo de manera directa, pero me ha gustado que a pesar de que es una mujer que ha vivido con la aceptación de Colombia porque es adorada en nuestro país, no le teme al ‘no’, no le teme a hacer respetar su criterio. A Manolo lo conozco hace muchísimos años y con él tengo una relación cercana, divertida y me burlo mucho de él en el programa porque le cuesta trabajo decir no, siempre a lo malo trata de verle algo bueno y eso es una enorme virtud, entonces a veces cuando oprime el botón y dice ‘no’, soy la primera asombrada. 

¿Cuál es ese talento que le hubiera gustado tener, pero no tiene?

Hubiera amado tener voz para cantar, esa es la gran frustración de mi vida porque yo canto en todas partes, pero lo hago pésimo. No sueño con haber sacado un disco ni nada de eso, me hubiera conformado con poder agarrar una guitarra en una reunión con mis amigos, en una navidad con mi familia y que más de uno se hubiera gozado con mis interpretaciones, con eso hubiera quedado feliz. 

Una de las facetas que más recuerdan los colombianos de Alejandra Azcárate es su época como locutora radial. ¿Extraña esa faceta? 

Yo no extraño nada de lo que he hecho, simplemente recuerdo con cariño, porque me parece que cada cosa tiene en la vida su momento, su ciclo. 

Pero si le propusieran volver a la radio, ¿lo haría?

En este momento no porque para mí la prioridad es la actuación, pero no lo descarto en un futuro porque es un medio que quiero mucho, al que le tengo un enorme agradecimiento, me dio un reconocimiento muy valioso en un medio en donde a uno no lo ven.

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