Economía

Valls aboga por la innovación con China pero recuerda el desequilibrio comercial

Pekín, 30 ene (EFE).- La innovación fue la clave de un discurso pronunciado hoy en Pekín por el primer ministro francés, Manuel Valls, que abogó por aumentar la cooperación con China en nuevos proyectos pero también recordó al país asiático la importancia de subsanar el déficit de la balanza comercial entre los dos países.

«Francia y China van a ganar mutuamente favoreciendo los intercambios. Nuestras relaciones pueden aún intensificarse», dijo hoy Valls en Pekín en el segundo día de su visita oficial, que arrancó ayer con la firma de once acuerdos de cooperación con la potencia asiática.

Valls utilizó el lugar en el que pronunció su alocución, dentro de uno de los vanguardistas edificios de la constructora china Soho en Pekín, cuyo diseño orientado hacia las energías renovables contó con la contribución de las compañías Dassault, Schneider Electric y el grupo Saint-Gobain, como ejemplo de las relaciones.

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«La ejemplaridad de esta construcción conjunta nos inspira para el futuro de nuestras relaciones… Es del futuro de lo que vengo a hablar hoy», remarcó.

El jefe del Gobierno francés destacó que el país galo es el primer empleador europeo en China, con 1.500 compañías con representación en el país asiático, y subrayó la cooperación bilateral en áreas como la energía nuclear y las renovables, que precisamente fueron en las que más acuerdos se firmaron ayer.

Además, puso énfasis en el trabajo conjunto en aeronáutica, después de que ayer visitara la fábrica de Airbus en Tianjin (este de Pekín), la primera planta de ensamblaje del A320 fuera de Europa.

Pero Valls, que afirmó que «la innovación y el dinamismo no son sólo la clave de nuestros éxitos», volvió a insistir, como ya hiciera ayer en una conferencia de prensa junto a su homólogo Li Keqiang, en la necesidad de reparar el superávit comercial a favor de China.

Frente a cientos de empresarios chinos y representantes del Gobierno del país, y también de su delegación, que incluye al ministro de Exteriores, Laurent Fabius, y a ejecutivos de las mayores firmas francesas, Valls recordó que «las exportaciones francesas en China son tres veces inferiores a las chinas en Francia».

«Las inversiones chinas en Francia son aún débiles. No representan más que 3.500 millones de euros y 13.000 empleos», dijo.

«Así que -añadió-, quiero decir frente a ustedes. ¡Francia está abierta a las inversiones chinas! ¡Sus inversiones son bienvenidas!».

En particular, remarcó la voluntad de Francia de aumentar la cooperación en los sectores agrícola y medioambiental, y propuso expandir los intercambios en materia agroalimentaria «teniendo en cuenta las necesidades de China y las exigencias de seguridad alimenticia».

Mencionó así la charcutería o el vino, y subrayó que «vamos a luchar juntos para conseguir nuevas alianzas», entre ellas también en las áreas de turismo, intercambios de estudiantes y facilitación de los visados, que ahora se pueden conseguir en 48 horas.

«Nuestro objetivo es recibir 5 millones de sus compatriotas de aquí a 2020», enfatizó.

El discurso de Valls, que también quiso reforzar la confianza de futuros inversores destacando los planes de reforma económica en Francia, coincide con un aumento del control en internet en China que menoscaba la capacidad de innovación y la productividad de las empresas tecnológicas del país.

Tras su encuentro ayer con Li Keqiang, el primer ministro francés se reunirá hoy con el presidente Xi Jinping y pondrá rumbo a Shanghái el sábado, donde concluirá su visita oficial.

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