Economía

Rusia anuncia un plan anticrisis para contener la recesión

Moscú, 21 ene (EFE).- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció hoy un plan anticrisis de 18.000 millones de euros para evitar la recesión económica previsible a causa de la caída en picado de los precios del petróleo y de las sanciones occidentales.

«Quiero recordar que no es la primera situación de esta clase que vivimos. Ya lo vivimos en 2008 y 2009. Entonces, la crisis también vino de fuera. Comenzó con el desplome del sistema hipotecario de Estados Unidos», dijo Putin, citado por las agencias rusas.

Un mes después del «martes negro», que vivió un desplome de la moneda nacional, el rublo, y con los precios del petróleo Brent por debajo de los 50 dólares, el Gobierno ruso puso hoy precio al rescate de su economía: 1,375 billones de rublos.

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La economía rusa, que ya se contrajo en noviembre un 0,5 %, decrecerá varios puntos porcentuales este año y entrará en una recesión que se mantendrá en 2016, según el Gobierno, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, mientras el rublo no se recuperará a corto plazo, tras haber perdido el 40 % de su valor en 2014.

Debido a la gravedad de la situación, el Gobierno ha tenido que extraer casi 4.000 millones de dólares del Fondo Nacional de Bienestar, el seguro de vida creado la pasada década por Rusia cuando los precios del crudo rebasaban con creces los 100 dólares, para afrontar posibles crisis.

El plan anunciado hoy «necesita grandes recursos. Las medidas anunciadas no son definitivas. Lo más seguro es que las ampliemos con nuevos fondos», explicó el viceprimer ministro Ígor Shuválov.

El dinero se dedicará principalmente al saneamiento de la banca, la recuperación de la industria nacional, la ayuda al sector agrícola, la importación de medicinas y el apoyo a la pequeña y mediana empresa con vacaciones fiscales.

Aunque aún está por decidir la lista de bancos beneficiados, la prensa informó de que el VTB recibirá 150.000 millones de rublos (2.300 millones de dólares) y el Gazprombank, 100.000 millones de rublos (1.500 millones de dólares).

Según la prensa, el Gobierno se propone reducir hasta en un 20 % algunos programas estatales, pero esto no afectará en ningún caso al presupuesto de Defensa, aunque Putin instó ayer a ser realistas a la hora de poner en marcha el ambicioso programa de rearme.

Hoy, el presidente prometió que las medidas anticrisis no impedirán el cumplimiento de las promesas sociales -salarios y pensiones- y que tampoco irán en contra de las reglas de mercado, en alusión a los temores sobre una posible intervención estatal.

No obstante, Shuválov reconoció que el programa incluye mantener los actuales niveles de indexación de las pensiones, independientemente de que el poder adquisitivo de los rusos ya se haya reducido notablemente desde el verano pasado.

El primer ministro, Dmitri Medvédev, reconoció que la difícil situación económica también obligará a revisar las previsiones para el próximo trienio (2015-17) y a modificar el presupuesto antes de finales de febrero.

Las previsiones anteriores contemplaban un precio del petróleo de 60 dólares por barril, en el peor de los casos, mientras se esperaba una recuperación de la moneda, que se situó esta semana en los 64 rublos frente al dólar, cuando a mediados de 2014 rondaba los 30.

El propio Putin insistió hoy en que uno de los principales factores tras los actuales problemas económicos que atraviesa el país es «la situación en los mercados exteriores, en este caso de materias primas».

Incluso si el petróleo se situara en los 70 dólares, cuando ahora el Brent no supera los 48, el déficit presupuestario ruso supondría un 3 % del Producto Interior Bruto, ya que la mitad de los ingresos proceden de la exportación de hidrocarburos.

Con todo, Putin se mantuvo desafiante y, en relación con el impacto de las sanciones occidentales por el papel de Rusia en la crisis de Ucrania, debido a las restricciones que sufren las compañías rusas al acceder a los mercados de deuda, recordó que en la anterior crisis, su país tampoco recibió créditos del exterior.

El mandatario criticó la influencia de los factores políticos en los principios que rigen la economía y garantizó que Rusia no se verá abocada al aislamiento, sino que seguirá siendo «parte inalienable de la economía mundial».

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