Economía

Obama lanza su campaña para la reducción de emisiones de carbono en EE.UU.

Washington, 31 may (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, lanzó hoy formalmente su campaña para reducir las emisiones de carbono en las centrales termoeléctricas del país, al destacar el impacto que tienen en la salud apenas dos días antes de que su Administración presente un ambicioso plan al respecto.

La Dirección de Protección Medioambiental (EPA, en inglés) prevé desvelar este lunes la mayor apuesta de Obama en la lucha contra el cambio climático, una normativa para imponer límites a las emisiones de carbono en las plantas de energía que enfrenta una fuerte oposición republicana y de la industria del carbón.

Para allanar el camino a ese anuncio, Obama decidió pronunciar su tradicional discurso de los sábados desde un hospital de Washington que trata a niños con problemas respiratorios, con el fin de vincular su apuesta energética no sólo con la lucha contra el cambio climático, sino con una política de salud pública.

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«Por el bien de la salud de todos nuestros niños, debemos tomar más medidas para reducir la contaminación», que agrava los problemas respiratorios como el asma, señaló Obama. «No tenemos que escoger entre la salud de nuestra economía y la salud de nuestros niños».

El lunes, el mandatario continuará con esa estrategia al mantener una conferencia telefónica con grupos de salud pública, mientras que la directora de la EPA, Gina McCarthy, se encargará de hacer el esperado anuncio sobre la reducción de emisiones.

Obama justificó hoy el plan al recordar que cerca del 40 por ciento de la contaminación en EE.UU. proviene de las plantas de energía, y aún así «no existen límites nacionales en la cantidad de contaminación de carbono que liberan dichas plantas al aire».

«Limitamos la cantidad de productos químicos tóxicos, como el mercurio, el sulfuro y el arsénico, que las plantas energéticas pueden arrojar al aire y al agua, pero pueden emitir una cantidad ilimitada de contaminación de carbono sin pagar un centavo. Eso no es inteligente, no es seguro y no tiene sentido», sentenció.

La nueva normativa es una pieza clave en la agenda de Obama en la lucha contra el cambio climático, una de las prioridades de su segundo mandato, y en la meta que se ha marcado de reducir en un 17 % las emisiones de gases que ocasionan el efecto invernadero para 2020, con respecto a los niveles de 2005.

Obama adelantó que el plan incluye una serie de medidas para reducir la polución y el «smog», una niebla tóxica que contribuye a la mala calidad del aire, que provoca ataques de asma y enfermedades respiratorias, con particular incidencia en niños y ancianos.

«En sólo el primer año que estén en efecto estos estándares, se evitarán casi 100.000 ataques de asma y 2.100 ataques al corazón, y esas cifras seguirán subiendo», aseguró.

La normativa de la EPA permitiría que cada estado fije su combinación de fuentes energéticas, según sus necesidades, así como la creación de un mercado de intercambio de licencias de emisiones.

Está previsto que el plan comience a aplicarse en junio de 2015, es decir, un año después de su anuncio el lunes, tras haber superado un periodo de revisión y comentarios del público.

Se espera que las reglas no necesiten la aprobación del Congreso, pero sí enfrentarán la férrea oposición de republicanos como el líder del partido en el Senado, Mitch McConnell, que ya ha prometido presentar un proyecto de ley para detener la normativa.

El senador republicano Mike Enzi también criticó hoy el plan de Obama, al acusar a su Administración de «disponerse a acabar con (la industria de) el carbón y sus 800.000 empleos».

«Si la Administración tiene éxito en su estrategia de ‘muerte por regulación’, todos pagaremos mucho más dinero por la electricidad, si podemos conseguirla», señaló Enzi en un discurso de respuesta republicana al mensaje semanal de Obama.

También la Cámara de Comercio estadounidense ha expresado su oposición a la medida, al pronosticar que costará unos 50.000 millones de dólares al año a la economía y aumentará los costos de la energía, un argumento que Obama rechazó hoy.

«Cada vez que Estados Unidos ha dispuesto reglas claras y mejores estándares para el aire, el agua y la salud de nuestros niños, las advertencias de los cínicos han estado equivocadas», añadió.

Los principales grupos ecologistas del país han dado ya la bienvenida al nuevo plan, y uno de ellos, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, pronosticó que, lejos de resultar costosos, los cambios supondrán un ahorro de 37.400 millones de dólares para los consumidores una vez que entren en vigor por completo en 2020.

El 64 % de los estadounidenses respalda ampliar las restricciones a las emisiones de carbono en las plantas de energía del país, según un sondeo publicado el jueves por la Universidad de Yale.

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