Economía

La crisis del Gobierno italiano agita el mercado bursátil y de deuda

Roma, 30 sep (EFE).- La crisis abierta en el Gobierno italiano de coalición de Enrico Letta por la dimisión de los ministros de Silvio Berlusconi desató hoy nuevas turbulencias en los mercados bursátiles y de bonos europeos, justamente cuando la zona euro parecía haber dejado atrás los problemas con la deuda.

El anuncio, el sábado, de la salida de los cinco ministros de Berlusconi del Ejecutivo terminó de confirmar los peores temores de los inversores, quienes ya en las últimas sesiones se habían mostrado inquietos ante la posibilidad de que ahora sí los problemas judiciales de «il Cavaliere» terminaran desencadenando la ruptura en el seno de la coalición gubernamental.

Las Bolsas, sobre todo las europeas, y el mercado secundario de deuda reaccionaron muy negativamente en la primera sesión tras el estallido de la crisis, que arrastra consigo una inminente consecuencia económica para Italia: la entrada en vigor mañana del aumento del tipo general del IVA al 22 % después de que la tensión en el Gobierno haya hecho imposible un decreto para evitarlo.

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La Bolsa de Milán se situó entre las plazas europeas que acusaron mayores caídas este lunes, con un primer golpe desde su apertura, cuando su índice selectivo FTSE MIB cedía un 2,28 %, hasta los 17.243,02 puntos, tras cerrar el Nikkei de Tokio con una bajada de un 2,06 %.

En una sesión sobre la que también pesó la falta de acuerdo en Estados Unidos sobre el Presupuesto, el FTSE MIB reducía los números rojos para la segunda mitad de la sesión, quedando con un retroceso del 1,94 %, hasta situarse en los 17.303,27 puntos, lastrada por la banca.

En Europa, el FTSE 100 londinense perdía un 0,88 %; el DAX 30 de Fráncfort (Alemania) se dejaba un 1,10 %; el CAC 40 parisino bajaba un 1,43 %, mientras que el IBEX 35 de Madrid retrocedía un 1,07 %.

En el mercado de deuda la situación no fue mucho mejor, con una prima de riesgo italiana desbocada en los primeros compases de cotización europeos, llegando a rozar los 290 puntos básicos, para después aflojar hasta los 275 puntos, con el rendimiento del bono a 10 años en el 4,51 %.

La prima de riesgo de la deuda española, sobre la que todos los ojos estaban también puestos ante el posible contagio, se mostraba mucho más estable, en el entorno de los 260 puntos, ampliándose así el diferencial entre España e Italia a los 15 puntos básicos.

Según indicó el analista Alessandro Capuano, jefe de la división de Italia de IG Markets, al canal Sky TG24, es «difícil» que la prima de riesgo italiana llegue a sus niveles récord ahora porque el «contexto macroeconómico europeo y nacional ha mejorado», aunque no es descartable que supere los 300 puntos básicos de nuevo.

La reacción negativa de los mercados es fruto además de una acumulación de incertidumbre en torno a la economía y finanzas de Italia que ya se venía arrastrando y sobre lo que la crisis abierta por Berlusconi no hace sino añadir más presión.

El pasado día 20 Letta revisaba al alza las previsiones de déficit público para 2013 en dos décimas, hasta el 3,1 %, es decir, por encima de la barrera que marca el pacto de estabilidad europeo, aunque se comprometió a no rebasarla, lo que queda en entredicho ahora con el hecho de que el Ejecutivo esté en el aire.

El posible incumplimiento de los compromisos con Bruselas, que el pasado mayo sacó a Italia del procedimiento por déficit excesivo, hace que los inversores miren con cautela hacia Italia, sobre la que pesa la amenaza de rebajas de las agencias de calificación.

Hoy mismo Fitch alertó de que una posible caída del Ejecutivo de Letta pone los objetivos de política fiscal italianos «en riesgo» y crea «incertidumbre en un momento crucial», cuando se tienen que elaborar los presupuestos generales del Estado de 2014, que deben enviarse al Parlamento en dos semanas como máximo.

El elevado endeudamiento público de Italia, que prevé un pico del 133,2 % de su PIB para 2014, es otra variable que hace que Fitch advierta sobre la posibilidad de una rebaja sobre la calificación de «BBB+» (aprobado alto) de la deuda soberana.

Los agentes sociales italianos salieron hoy también al paso de la crisis de Gobierno, empezando por el presidente de la patronal Confindustria, Giorgio Squinzi, quien expresó su esperanza de que Europa ahora no decida intervenir las cuentas de Italia.

«Espero que el sentido de responsabilidad de quien gobierna prevalezca: no querría que nos encontráramos de nuevo en la misma situación que en octubre de 2011», dijo Squinzi, en declaraciones a los medios desde Milán (norte de Italia).

Los principales sindicatos del país, CGIL, CISL y UIL, divulgaron un documento común en el que «expresan su preocupación por la crisis institucional causada por la irresponsabilidad de quien querría anteponer los intereses personales a las condiciones del país».

Roma, 30 sep (EFE).- La crisis de Gobierno italiana abierta este fin de semana llega en un momento muy inoportuno no solo para las finanzas y la economía de Italia, sino también para la recuperación de los países periféricos de la zona euro, donde los problemas en los mercados de deuda parecían haberse dejado atrás.

La ruptura en el seno de la coalición del socialdemócrata Enrico Letta, formalizada el sábado con la dimisión de los ministros del partido de Silvio Berlusconi, tiene ya hoy sus primeras consecuencias en los mercados, sobre todo el de deuda, y vuelve a hacer que se mire a Italia como un posible foco de inestabilidad que malogre los esfuerzos y reformas de los últimos años en Europa.

Más allá de que Letta consiga o no salvar su Gobierno el próximo miércoles en el voto de confianza que pedirá en el Parlamento, las consecuencias que la incierta situación económica y financiera de Italia pueden tener para la zona euro en los próximos meses no han de minusvalorarse.

El primer golpe a la economía italiana que trae esta crisis de Gobierno es la entrada en vigor mañana mismo de la subida de un punto en tipo general del IVA, del 21 al 22 %, que había aprobado el Ejecutivo tecnócrata de Mario Monti, pero que se había conseguido aplazar con distintos «parches financieros».

De hecho, la salida de los correligionarios de Berlusconi del Gobierno se fraguó el viernes por la noche, durante un muy tenso Consejo de Ministros en el que estaba previsto aprobar un decreto (ya elaborado y que contemplaba subidas de impuestos a la gasolina) para evitar el aumento del IVA, pero que terminó centrándose en las amenazas de dimisión de los parlamentarios de «il Cavaliere».

La subida de mañana del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) puede acarrear aún peores efectos sobre un consumo interno ya deprimido de por sí, con un desembolso por familia al año de hasta 349 euros adicionales, según cálculos que hoy ofreció la asociación de consumidores Codacons.

Lo cierto es que desde que empezó a trabajar a finales del pasado abril, el Ejecutivo de coalición de Letta ha sido escenario de varios desencuentros entre las dos principales corrientes que lo forman, el progresista Partido Demócrata (PD) y el conservador Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi, que han hecho que su actividad reformista no fuera tan intensa como se esperaba.

El mayor golpe de efecto lo dio el pasado 28 de agosto, suprimiendo el impuesto sobre la vivienda habitual que había reintroducido Monti y sobre el que giró la campaña electoral de Berlusconi, quien se apuntó ese tanto, lanzando el mensaje de que su partido había conseguido frenar las ganas de la izquierda de «meter las manos» en los bolsillos de los italianos.

En todos estos cinco meses de Gobierno, en los que la figura de Berlusconi ha seguido marcando el día a día del Ejecutivo desde fuera, las cuentas de Italia han sufrido una desviación efectiva que ya ha puesto en alerta a la Comisión Europea (CE), que sacó al país del procedimiento por déficit excesivo el pasado mayo.

Hace poco más de una semana, el Ejecutivo italiano certificaba un temor que ya circulaba entre los inversores y analistas desde hacía días: Italia iba camino de desviarse de su objetivo de déficit público este año, que tras situarlo en abril el Gobierno de Monti en el 2,9 % del Producto Interior Bruto (PIB), el Gabinete de Letta lo aumentó el pasado día 20 hasta el 3,1 %.

Esta cifra no solo supone rebasar el límite que fija el pacto de estabilidad europeo, sino que sería, de confirmarse, una décima mayor que el registrado en todo 2012, un incremento importante en un país que sigue viendo cómo aumenta su endeudamiento, previsto para el año que viene en un pico del 133,2 % de su PIB.

Al presentar estas cifras, el primer ministro atribuyó esta desviación precisamente a la inestabilidad que ha vivido Italia en el mercado de deuda recientemente por el temor a que los problemas de Berlusconi con la justicia trajeran graves consecuencias para el Gobierno, lo que finalmente se ha confirmado.

Pero el jefe del Gobierno se comprometió a que antes de que termine 2013 se aprobarán distintas medidas para hacer que el déficit público no sobrepase el 3 %, pero eso, claro, antes de abrirse esta crisis que deja además en el aire unos presupuestos generales de 2014 que debían llegar al Parlamento a más tardar dentro de dos semanas.

Más allá de la estabilización presupuestaria, Italia tiene ante sí la tarea de salir de la recesión, que la ha golpeado de manera dura desde finales de 2011, con un retroceso del 2,4 % del PIB en 2012 y una caída prevista para 2013 del 1,7 %, de la que el gabinete Letta espera salir el año que viene con una subida del 1 %.

Miguel Cabanillas

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