Economía

El Gobierno argentino suma apoyos de la oposición para reabrir el canje de deuda

Buenos Aires, 27 ago (EFE).- El Gobierno de Argentina sumó hoy apoyos de distintos sectores de la oposición a su proyecto de ley para reabrir el canje de su millonaria deuda soberana, que entró en cese de pagos a finales de 2001 y que es eje de un duro litigio con fondos acreedores en tribunales estadounidenses.

El proyecto, cuyo envío al Parlamento fue anunciado el lunes por la presidenta argentina, Cristina Fernández, buscará permitir que el 7% de los acreedores que no adhirieron a las reestructuraciones de 2005 y 2010 lo haga ahora.

Fernández dijo que la iniciativa sería remitida hoy al Congreso, pero según fuentes gubernamentales citadas por la agencia oficial Télam el proyecto será girado al Parlamento este miércoles.

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El Jefe de Gabinete argentino, Juan Manuel Abal Medina, aseguró este martes que la propuesta «marca» que el Gobierno «es consecuente con el proceso de desendeudamiento, que es un pilar fundamental» del modelo de Fernández.

«Ayer Cristina fue muy clara: nos hacemos cargo de las deudas que han contraído otros gobiernos y damos soluciones de largo plazo, no especulamos, resolvemos este tema que otorga un horizonte previsible, vamos a seguir con esta línea de conducta porque cuidamos el futuro de los argentinos», dijo a Télam Abal Medina.

El canje de deuda quedó cerrado por ley tras la última reestructuración, concretada en 2010 y con la que Argentina completó una adhesión del 93 % de los acreedores a la refinanciación.

Fernández propone su reapertura después de que el pasado viernes la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York confirmara un fallo de primera instancia del juez Thomas Griesa, que obliga a Argentina a pagar a fondos de inversión litigantes el cien por ciento de la deuda reclamada, por unos 1.330 millones de dólares.

En el marco de este litigio, que ahora ha quedado a la espera de un fallo del Supremo estadounidense, Argentina había propuesto a los querellantes reabrir el canje para que ingresaran y cobraran en iguales condiciones que el resto de los acreedores, pero los litigantes rechazaron esa posibilidad.

Tal como ocurrió en 2010, cuando el Parlamento aprobó una ley para la reapertura del canje de 2005, nuevamente el oficialismo, que es mayoritario en ambas cámaras del Congreso, ha sumado apoyos de representantes opositores.

«Los anuncios de la presidenta recibieron el respaldo de buena parte del arco opositor que, a pesar de que en algún momento se expresaron críticamente, los resultados de los canjes anteriores demuestran que la política del Gobierno es la correcta», destacó Abal Medina.

Entre quienes manifestaron su apoyo al tratamiento de la iniciativa está Ricardo Gil Lavedra, jefe del bloque en la Cámara de Diputados de la Unión Cívica Radical, la principal fuerza de oposición en el Congreso.

«Vamos a facilitar todo aquello que sea de interés nacional. La posibilidad de que Argentina entre nuevamente en default es algo gravísimo para el país y atañe a los intereses de la República, que exceden a cualquier Gobierno», dijo Gil Lavedra.

El diputado radical dijo que su bloque no va a «obstaculizar los instrumentos para que (el Gobierno) haga lo que tenga que hacer».

Por su parte, Federico Pinedo, titular del bloque en Diputados de la opositora Propuesta Republicana, consideró «razonable» que el Gobierno argentino «demuestre la voluntad que tiene de cumplir con la deuda soberana».

«Debemos ser serios y responsables ante la Corte de los Estados Unidos y no hacer partidismo. Estudiaremos la propuesta presidencial y trataremos de defender el crédito argentino y al pueblo del default», dijo Pinedo.

En tanto, el diputado Alberto Asseff, de Compromiso Federal (peronismo disidente), adelantó que votará a favor de la reapertura del canje pues «es una oportunidad para normalizar definitivamente la cuestión» de la deuda.

Según un estudio de la consultora privada Econométrica, replicar la oferta de reestructuración de 2010 implicaría para Argentina canjear deuda en mora por 11.177 millones de dólares, entre capital e intereses, por nuevos bonos por 4.865 millones de dólares a saldar en varios años.

Además de la reapertura del canje, Fernández propuso este lunes el reemplazo de los títulos en poder de los acreedores que aceptaron los canjes de 2005 y 2010, por otros, bajo las mismas monedas de emisión e idénticos plazos de pago, pero pagaderos en Argentina para evitar posibles embargos de los pagos de esos bonos impulsados por los fondos litigantes.

Buenos Aires, 27 ago (EFE).- Argentina apuesta a un tercer canje de deuda en una señal de voluntad de pago a sus acreedores, a la espera de un fallo definitivo de la Corte Suprema de los Estados Unidos en un millonario juicio entablado en ese país contra la nación suramericana por grandes fondos de inversión.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, remitirá en las próximas horas al Parlamento un proyecto para reabrir el canje de bonos en cese de pagos desde finales de 2001.

El canje, que se realizó en dos tramos -2005 y 2010-, logró la adhesión del 93% de los acreedores y ahora el Gobierno argentino apunta a sumar a buena parte del 7% restante, entre los que están los fondos de inversión que reclaman a Argentina en tribunales estadounidenses el pago de deudas por 1.330 millones de dólares.

El viernes pasado la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York confirmó un fallo de primera instancia del juez Thomas Griesa, que obliga a Argentina a pagar a esos fondos el ciento por ciento de la deuda reclamada.

En el marco de este litigio, que ahora ha quedado a la espera de un fallo del Supremo estadounidense, Argentina había propuesto a los querellantes reabrir el canje para que cobraran en iguales condiciones que el resto de los acreedores, pero los litigantes rechazaron esa posibilidad.

«Las posibilidades de que los fondos entren al nuevo canje son nulas», dijo hoy a Efe el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica.

Pero, según el experto, el hecho de que «que otros acreedores ingresen a nuevo canje constituye no sólo una señal para la Corte Suprema sino que le saca argumentos a los querellantes, que esgrimen que Argentina no quiere pagar sus deudas».

En medio de una severa crisis, a finales de 2001 Argentina declaró el cese de pagos de bonos por 102.000 millones de dólares, entre capital e intereses.

Con los canjes previos, logró una quita del 65%, redujo el pago de intereses y obtuvo mayores plazos de pago.

«La reapertura del canje es un hecho positivo porque los canjes anteriores fueron muy beneficiosos para Argentina. Gracias a los bajos intereses que generó la renegociación, la quita y la extensión de los plazos de pago, Argentina se sacó de encima buena parte del peso de su deuda» , destacó Castiñeira.

Según un estudio de Econométrica, replicar la oferta de 2010 implicaría para Argentina canjear deuda en mora por 11.177 millones de dólares, entre capital e intereses, por nuevos bonos por 4.865 millones de dólares a saldar en varios años.

Se trata, según Castiñeira, de una cifra «consistente» con la capacidad de pago de Argentina, equivalente a algo menos del 1% de su PIB.

Para el economista Pablo Tigani, de la Fundación Esperanza, la iniciativa para reabrir el canje es «una buena idea» porque «en los mercados financieros siempre hay que mostrar que uno tiene voluntad de pago».

«Creo que más de la mitad del 7% que hasta ahora no ingresó a los canjes lo hará en esta oportunidad», dijo a Efe Tigani, que sin embargo no ve posible que sí adhieran los fondos querellantespues «han incurrido en gastos millonarios de lobby y están muy incentivados para dar batalla».

Ambos expertos coincidieron a la hora de señalar que un eventual fallo adverso del Supremo estadounidense sería un «desastre» no solo para Argentina sino para otros países con problemas de deuda.

Castiñeira recordó que si se le obliga a Argentina a pagar a los querellantes el ciento por ciento de la deuda reclamada, ello dejaría al 93% de los acreedores que sí aceptaron los canjes en condiciones de ir a los tribunales contra el Estado argentino por recibir un trato injusto.

«Un fallo adverso sería como abrir una canje de Pandora porque hay países de Europa con serios problemas de deuda. Sería un desastre, no solo para Argentina sino para el sistema financiero internacional», aseveró Tigani.

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