Economía

La troika regresa a Grecia para retomar unas negociaciones largas y difíciles

Atenas, 30 jun (EFE).- Los representantes de la troika formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional han aterrizado en Atenas durante este fin de semana y mañana retomarán las negociaciones con el Gobierno heleno.

Los propios griegos aseguran que las negociaciones serán «largas y difíciles» -según dijo a Efe una fuente del Ejecutivo que dirige el conservador Andonis Samarás-, después de que la visita de la troika se interrumpiera hace dos semanas.

Los inspectores del grupo que representa a los acreedores internacionales detectaron un agujero en la financiación griega de unos 1.000 millones de euros, principalmente debido a las deudas de la caja principal de la seguridad social, EOPPY, que se encarga de gestionar el acceso a la Sanidad.

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Este organismo comenzó a funcionar a inicios del pasado año y surgió de la fusión de diversas cajas de seguridad social públicas que atendían a diferentes profesiones -una de las exigencias de la troika- pero su funcionamiento ha distado mucho de lo esperado.

De acuerdo con el diario ‘Kathimerini’, la troika exigirá que se reduzca el número de plazos en los que se paga la polémica tasa especial sobre la propiedad, algo que podría generar fricciones con el Gobierno ya que este impuesto se modificó recientemente y la intención es hacerlo desaparecer debido a su carácter de doble imposición.

El acuerdo de financiación internacional supervisado por la troika contempla que cualquier desvío de los objetivos de déficit llevará a la activación de nuevas medidas de austeridad, algo que podría crear potenciales conflictos dentro del nuevo Gobierno, reestructurado esta semana debido a la salida del partido de centroizquierda Dimar.

Uno de los socios del Ejecutivo bipartito, el socialdemócrata Pasok, ha dejado claro que no desea «nuevas medidas fiscales» debido al estrangulamiento que han sufrido la economía y la población griega durante más de tres años de recortes.

Además, pretende exigir a la troika la reducción del IVA sobre la restauración del 23 al 13 %, algo que será difícil de aceptar para los acreedores dado el agujero detectado en las cuentas griegas y a que el programa de privatizaciones -con el que se pretendía recaudar 2.600 millones este año- ha descarrilado.

De hecho, la principal interesada en la privatización de la compañía de gas DEPA, la rusa Gazprom, se ha retirado de la puja; mientras que el consorcio greco-checo que había aceptado comprar las loterías públicas griegas (OPAP) ha presentado reticencias de última hora.

Otro punto difícil de la negociación será el despido de funcionarios, ya que el Gobierno se había comprometido a echar a la calle a 2.000 empleados públicos hasta final de este mes y otros tantos hasta finales de año; mientras que otros 25.000 (la mitad de ellos en julio) debían ser puestos en un esquema de movilidad con salario reducido y ser trasladados a otros puestos o, si no se les encuentra plaza, despedidos.

En principio, durante las negociaciones de abril, el Gobierno griego se había comprometido a comenzar a despedir funcionarios por aquellos que hubiesen cometido algún tipo de falta, algo que finalmente no ha ocurrido.

En cambio Atenas pretende que se compute dentro de esta cuota el cierre de la radiotelevisión pública ERT y el despido de sus más de 2.600 trabajadores, algo que podría no ser aceptado por la troika ya que el principio de acuerdo para la solución del conflicto con el ente público contempla la recontratación de unos 2.000 empleados para mantener una ERT provisional.

Además, el coste de indemnización de los despedidos y la cancelación de programas en ERT -una de las pocas empresas públicas que no era deficitaria- se valora en unos 300 millones de euros.

En cuanto a los 12.500 funcionarios que debían pasar al esquema de movilidad en julio, se espera que el nuevo ministro de Reforma Administrativa, Kyriakos Mitsotakis, pida ampliar el margen hasta septiembre.

De una conclusión positiva de esta nueva ronda negociadora depende el desembolso de 8.100 millones de euros, que deberían bastar para cubrir las necesidades de financiación griegas para lo que resta de año.

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