Río de Janeiro, 27 mar (EFE).- Las inversiones de Brasil para reforzar la seguridad de sus dos plantas nucleares de generación eléctrica tras el accidente ocurrido en la central japonesa de Fukushima en 2011 sumarán 300 millones de reales (unos 150 millones de dólares) hasta 2016, informaron hoy fuentes oficiales.
La cifra incluye 26 millones de reales (13 millones de dólares) invertidos en 2012 y 50 millones de reales (25 millones de dólares) que serán gastados durante este año, según un comunicado de la estatal Eletrobras Eletronuclear, empresa responsable por la operación de las plantas nucleares Angra 1 y Angra 2.
Las inversiones extraordinarias están previstas en un plan de acción elaborado por el comité que revisó la seguridad de las dos plantas brasileñas de cara al accidente nuclear de Fukushima, provocado por un terremoto seguido de un tsunami.
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El llamado Plan de Respuesta a Fukushima incluye 30 estudios y 28 proyectos que serán desarrollados hasta 2016 para mejorar la protección de las centrales contra eventos de riesgo, elevar la capacidad de enfriamiento de los reactores y reducir las posibles consecuencias radiológicas de un accidente.
Las medidas de protección contra eventos de riesgo, como lluvias torrenciales, deslizamientos de tierras, olas gigantes y maremotos, se proponen la identificación de los impactos que sufrirán las instalaciones como consecuencia de estas catástrofes naturales.
Un primer estudio sobre las medidas necesarias para prevenir accidentes en caso de tempestades, que son constantes en la región, se encuentra en fase de conclusión y contiene acciones preventivas adicionales en caso de inundaciones.
Eletronuclear también se propone determinar las condiciones necesarias para garantizar el enfriamiento adecuado de los reactores en condiciones extremas, que puedan producirse por el corte del fluido eléctrico, la pérdida de la fuente de enfriamiento y el bloqueo de los canales que introducen agua de mar.
Según la empresa, pese a que las dos centrales ya poseen recursos para el enfriamiento de sus instalaciones, fueron recomendados proyectos para «aumentar esa capacidad mediante el uso de sistemas y equipos tanto fijos como móviles».
La empresa está negociando la compra de los equipos recomendados y prevé su instalación hasta finales de este año.
El plan también prevé la adopción de medidas adicionales para impedir la liberación de material radiactivo en caso de accidentes.
Estas medidas «fueron contratadas con las empresas responsables por los proyectos de Angra 1 y Angra 2, y siguen las mismas soluciones adoptadas por plantas similares en Estados Unidos y Europa», según la empresa.
El comité que revisó la seguridad de las plantas también recomendó mejorías en el plan de emergencia externa, que fueron repasadas a la Defensa Civil, el órgano que sería responsable por una posible evacuación de las ciudades vecinas.
Entre las recomendaciones figuran medidas para evitar que las rutas de escape se limiten a las carreteras, como la construcción de muelles marítimos y de canchas deportivas que puedan servir como helipuertos.
Brasil opera dos plantas nucleares con tecnología alemana en Angra dos Reis, municipio en el litoral sur de Río de Janeiro.
Pese al accidente de Fukushima, el país mantuvo sus planes para concluir una tercera planta nuclear en Angra dos Reis, con capacidad de 1.300 megavatios e inicio de operaciones previsto para 2015, y construir cuatro nuevas centrales en otros estados.