Economía

Flores artificiales, lo más natural

Madrid, 26 ene (EFE).- Durante décadas las flores artificiales han sido las grandes incomprendidas, pero ahora su pulcro diseño, las texturas y los tonos en los que se presentan constituyen una auténtica novedad en la decoración del hogar, donde se abren un hueco por derecho propio.

Sin miramientos y al asalto, así es como se sitúan en jarrones y repisas, de la cocina al salón, las flores artificiales permiten mantener una primavera eterna en el interior de nuestra vivienda.

La nueva generación de flores artificiales para el hogar no tiene complejos y luce en los lugares más llamativos de la casa, tan delicadas como si se tratara de flores naturales.

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Susana García, jefa de producto de los establecimientos Sia, comenta que este tipo de flores «no solo han dejado de ser incomprendidas, se han convertido en un complemento imprescindible que convive con las flores y plantas naturales sin necesidad de depender de la estación del año». De hecho, la tendencia es mezclar elementos naturales y artificiales para enriquecer las composiciones florales y la experta advierte que no siempre «una orquídea está en flor, una peonía o unas lavandas», pero eso no significa que no podamos disfrutarlas.

Lilas, calas u orquídeas, todo tipo de flores se presentan con minuciosos acabados en tela, terciopelo o látex y reproducen texturas idénticas al modelo que imitan para intentar lograr el tacto de la original.

El color se añade pintado a mano, utilizando degradados, de esta manera se plasman detalles casi imperceptibles que se encuentran en las plantas y flores naturales, incluso se imitan las imperfecciones en tallos, pétalos y hojas. Este tipo de acabado es lo que ofrece una alta calidad y favorece que la flor no envejezca. Incluso se pueden lavar.

La similitud con el original es tal que, la interiorista Maite Canterano, especialista en preparar este tipo de centros de florales, explica que ante el escaparate de su tienda quienes se detienen discuten si las flores que se exponen «son naturales o artificiales».

Luis Cuadrado, gerente de Concept Decoración, incide en que «hay flores de tanta calidad que hasta que no se tocan» no se percibe que son artificiales.

Aunque si hay algo que todavía no se puede reproducir es el olor. «Pero no es descartable en un futuro», dice García, la responsable de Sia, que añade que hay una búsqueda constante de materiales y técnicas «para reproducir de la forma más fiel las flores naturales y una parte de ellas es su aroma».

Lo más cercano a esta posibilidad, por ahora, es rociar la tela con su perfume floral.

Pese a lo que pueda parecer, la flor artificial es algo más que el recurso de los perezosos a dedicarle tiempo a un ser vivo. Y García, señala que el hecho de tener «una estancia sin suficiente luz natural o un clima extremadamente seco» es también alguno de los motivos que pueden inclinar a decidirnos por este tipo de plantas.

Luis Cuadrado añade que se trata de un recurso de «gente práctica» que no quiere renunciar a la belleza.

Ambos especialistas descartan el estereotipo y afirman que este tipo de decoración halla un espacio tanto en el universo femenino como en el masculino.

«La flor artificial está destinada a todos aquellos que amen y les gusten las flores», indica García. Mientras que Cuadrado añade que son los «hombres de entre 35 y 40 años» los que más interés muestran en decorar su casa con este ornamento.

Los especialistas logran que cada estación y cada año se pueda optar por un cambio en la decoración floral del hogar, «ya que el colorido cambia según la temporada, y las tendencias varían cada año», concluye Susana García.

Inmaculada Tapia

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