Economía

La ONU alerta de la creciente presión de las grandes industrias pesqueras

Ginebra, 30 oct (EFE).- El relator especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, alertó hoy de la creciente presión que las grandes industrias pesqueras ejercen sobre los océanos y sus reservas, poniendo en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas en todo el planeta.

De Schutter empleó el término «acaparamiento de los océanos» para describir la tendencia entre las grandes empresas de la industria a firmar acuerdos que perjudican a los pequeños pescadores, a no informar de sus capturas, a entrar en aguas protegidas y a desviar los recursos que necesitan las poblaciones locales para sobrevivir.

«Esta es una amenaza que puede ser tan seria como el acaparamiento de tierras», dijo De Schutter en la presentación de un nuevo informe sobre pesquerías y el derecho a la alimentación.

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Advirtió de que, «sin una acción rápida para mantener los océanos al margen de las prácticas insostenibles, las pesquerías ya no podrán desempeñar su papel decisivo para garantizar el derecho a la alimentación de millones de personas».

Según De Schutter, debido a «la creciente presión sobre la producción agrícola, se empieza a mirar ahora a ríos, lagos y océanos para lograr la creciente aportación diaria de proteínas».

Las estimaciones de la ONU apuntan a que el volumen de pesca ilegal en el mundo está entre los 10 y los 28 millones de toneladas métricas anuales, de las cuales la tercera parte se descarta.

En este contexto, apuntó el experto, «es evidente que la pesca es menos abundante, por lo que los grandes buques pesqueros están tentados de incumplir las normas y las estrategias de conservación».

El informe presentado hoy indica que la mayor parte de las aguas marinas del mundo son explotadas por grandes flotas, por lo que De Schutter pidió una urgente revisión de los Acuerdos de Licencia y Acceso (LAAs) que regulan sus actividades pesqueras.

En su opinión, estos acuerdos deberían incluir mecanismos de vigilancia más sólidos para hacer frente a la pesca ilegal, tener en cuenta el impacto de las grandes explotaciones en las poblaciones locales y fortalecer los derechos laborales de los pescadores.

De Schutter instó a los Gobiernos a reflexionar sobre el actual modelo de pesca, apoyando a las flotas pequeñas, mucho más eficaces en lo que se refiere a la relación entre el gasto en combustible y las capturas y al volumen de pescado desechado.

«La pesca industrial por parte de flotas de altura puede parece una opción económica, pero solo porque estas flotas pueden embolsarse grandes subsidios y externalizar los costes derivados de la sobrepesca y la degradación de los recursos», dijo.

El relator afirmó que «las generaciones futuras pagarán el precio cuando los océanos se queden secos».

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