Economía

Berlín niega una nueva tasa para hacer frente al envejecimiento demográfico

Berlín, 4 abr (EFE).- El Gobierno federal alemán negó hoy la existencia de un proyecto para introducir un impuesto de carácter demográfico con el que hacer frente a los costes derivados del creciente envejecimiento de la población y la mayor longevidad de los ciudadanos.

Steffen Seibert, portavoz de la canciller federal, Angela Merkel, aseguró en rueda de prensa que «no habrá algún nuevo tipo de impuesto» para financiar la llamada Estrategia Demográfica del gobierno federal que el gabinete ministerial aprobará previsiblemente a finales de mes.

Añadió que las exigencias de una tasa de reserva demográfica «de un subgrupo del grupo parlamentario de la Unión (CDU/CSU)» nada tienen que ver con el concepto gubernamental a largo plazo para garantizar la capacidad competitiva y de innovación, así como la cohesión social, ante los cambios demográficos que se avecinan.

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Seibert reaccionó así a una información publicada hoy por el rotativo Die Welt en la que se revela un documento consensuado por el grupo parlamentario de la Unión -cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU)- para la creación de ese impuesto.

El documento con la postura del grupo parlamentario de la CDU/CSU no tiene nada que ver con la estrategia demográfica y esta tampoco con subidas de impuestos, afirmó Seibert, quien dio a entender que se había producido un error de interpretación por parte de los medios.

«Defendemos una reserva demográfica solidaria a la que se deberá hacer una aportación a partir de los 25 años de edad en base a los ingresos», señala el documento del grupo parlamentario, según el diario, que comenta que esa reserva de capital será financiada por todos los contribuyentes.

En declaraciones al mismo periódico, el vicepresidente del grupo parlamentario de la Unión, Günter Krings, comenta que «debemos actuar ahora de manera previsora para el tiempo a partir de 2030, cuando la generación del ‘baby-boom’ de los años 50 y 60 (del siglo pasado) alcance la edad de jubilación y aumenten por ello los costes sanitarios y de atención permanente».

Para evitar gravar impositivamente mas a los ciudadanos, la Unión propone reconvertir el llamado «impuesto de solidaridad», actualmente del 5,5 % de los ingresos salariales, dedicado hasta ahora y desde la caída del Muro de Berlín a relanzar la economía de los estados surgidos de la extinta República Democrática Alemana.

La iniciativa cuenta sin embargo de antemano con el rechazo de la oposición socialdemócrata (SPD) y verde, según declaran en el mismo diario altos representantes de ambas formaciones.

El antiguo vicecanciller y expresidente del SPD Franz Müntefering subraya que «Alemania no necesita una tasa extraordinaria. Si se pagan salarios decentes las cajas sociales también ingresarán dinero suficiente»

Por su parte, la líder parlamentaria de los verdes, Renate Kühnast, estima que la propuesta de la Unión «no es solidaria. La Unión pretende descargar cargas futuras de manera unilateral sobre los asegurados».

También el presidente de la Sociedad Demográfica Alemana, Tilman Mayer, declara su rechazo a la iniciativa al comentar que lo realmente necesario son «medidas familiares concretas» para elevar de nuevo la tasa de nacimientos.

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