Economía

Brasil se compromete con su industria pero admite que urge una modernización

Brasilia, 23 mar (EFE).- El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Fernando Pimentel, afirmó hoy que el país «defenderá» a su industria de desequilibrios en los mercados globales, pero admitió que la competitividad también depende de un urgente proceso de modernización.

«Tenemos que actualizar a la industria brasileña, porque todavía es del siglo XX y tenemos que traerla de una vez al siglo XXI», dijo Pimentel en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.

Pimentel explicó que el comercio exterior brasileño ha sentido en los últimos meses el fuerte impacto de la crisis, agravado por una pérdida de competitividad acentuada por una revalorización del real, que el Gobierno ha combatido por la vía tributaria y también con diversos incentivos a la exportación.

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En esas medidas de «defensa» enmarcó un plan de estímulo a las exportaciones anunciado esta semana, que para ese fin destinará unos 1.000 millones de dólares a diversos sectores, con especial énfasis en la modernización tecnológica.

Según el ministro, los excesos de liquidez provocados por medidas «expansionistas» adoptadas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) generan una «permanente tensión» que «obliga» a adoptar medidas de «defensa», pero «sin caer» en el proteccionismo.

«Se debe defender el mercado interno sin cerrar la economía», mantener el equilibrio de las monedas «sin provocar inflación» y también, en el caso particular de Brasil, aumentar la productividad y la competitividad, «sin afectar los derechos de los trabajadores», enumeró el ministro.

Pimentel reconoció que esa «difícil ecuación» ha causado algunos «problemas puntuales» con Estados Unidos, China y Argentina, los principales socios comerciales de Brasil, pero aclaró que a pesar de eso las relaciones con esos países son «excelentes».

Citó además como ejemplo la reciente revisión de un acuerdo que regula el comercio de vehículos con México, país con el que Brasil comenzaba a acumular un creciente déficit en ese sector.

«En la actual coyuntura, todos los acuerdos (comerciales) están medio trabados», pero en el caso de México «no hubo una ruptura, sino una negociación reguladora» que «no prohibió la importación», sino que estableció nuevas reglas, apuntó Pimentel.

También aclaró que, aunque el Gobierno brasileño mantiene un fuerte nivel de «intervenciones» en el mercado cambiario para evitar una mayor revalorización del real, no ha renunciado a su compromiso de seguir con un sistema de cambio flotante.

En opinión del ministro, en este «momento de transición» de la economía mundial, Brasil debe encarar un «profundo proceso» de modernización de su industria y al mismo tiempo hacer un «esfuerzo gigantesco» para mejorar las infraestructuras del país, sobre todo en las áreas de puertos, aeropuertos y carreteras.

Sin embargo, aseguró que también es necesario que la empresa privada «responda a los estímulos», pues «no basta con exonerar de impuestos y estimular» la actividad exportadora, «si no se reducen costes y no se modernizan los sistemas de producción».

En ese sentido, explicó que la presidenta Dilma Rousseff, quien este jueves se reunió con representantes de las 30 mayores empresas del país, recibió del sector privado un «serio y firme compromiso» en favor de nuevas inversiones, sobre todo en las áreas de ciencia, innovación y tecnología.

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