Economía

Marcha indígena lleva sus demandas a Quito, donde el Gobierno convoca a miles de sus partidarios

Quito, 22 mar (EFE).- Una marcha liderada por indígenas ecuatorianos en protesta principalmente por la minería a gran escala culminó hoy en Quito un periplo de unos 700 kilómetros cubiertos en vehículos y a pie, mientras el Gobierno llenó con miles de sus partidarios el centro de la ciudad.

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Ambas movilizaciones fueron multitudinarias, pero no llegaron a encontrarse, gracias al plan de trayecto establecido por el Ayuntamiento de Quito.

Aun así, algunos policías fueron heridos en forcejeos con miembros de la marcha que quisieron acercarse en masa a la Asamblea Nacional (parlamento).

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Dentro, el presidente del parlamento, Fernando Cordero, del movimiento oficialista Alianza País, recibió a los líderes de la marcha, quienes expresaron su oposición al plan del Gobierno de desarrollar la minería a gran escala.

También le presentaron otras demandas, como la amnistía para casi 200 indígenas procesados por terrorismo por instigar manifestaciones en las que ocurrieron disturbios y la aprobación de leyes para la ampliación del acceso al agua y la redistribución de tierra.

Delfín Tenesaca, uno de los dirigentes, apuntó que el 80 % de los terrenos está en manos de latifundistas «y eso ha generado la migración».

«Todos queremos esa revolución» agraria, señaló por su parte Cordero.

La marcha se inició el 8 de marzo en el municipio amazónico El Pangui, donde se abrirá la primera gran mina de la historia de Ecuador, que operará durante 25 años la empresa Ecuacorriente, de propiedad china.

El Gobierno pretende licitar otros cuatro proyectos similares, además de nuevas áreas petroleras en la Amazonía, lo que ha provocado el rechazo de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la principal impulsora de la movilización.

«¡Caipimi canchi, caraju! («Aquí estamos, carajo», en quichua) dijo el presidente de Conaie, Humberto Cholango, desde una tarima instalada en el parque quiteño «El Arbolito», el punto final de la marcha, entre la que se destacaban los rostros pintados de indígenas amazónicos y los ponchos de los andinos.

Horas antes ese mismo parque estuvo ocupado por seguidores del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, un grupo de los cuales llevaba acampado allí varios días en una «vigilia por la democracia».

«Han sufrido otra contundente derrota. Somos millones más. En este momento en Quito somos 50.000, 60.000, mientras son ellos unas cuantas centenas pese a todo el apoyo y los garroteros de la prensa corrupta, de la derecha saqueadora», dijo Correa a una concentración en la que dominaba el color verde de Alianza País.

El mandatario aseguró que el Gobierno dialogará con «la gente sana» que ha marchado durante estos días por el país, pero no con «mentirosos», «malcriados» u «oportunistas», en referencia a algunos líderes de la movilización que, a su juicio, aprovecharon esta acción con fines electorales.

En febrero de 2013 habrá comicios presidenciales en el país, a los que se prevé que se presente Correa, aunque aun no ha hecho un anuncio oficial.

El mandatario defendió los proyectos mineros, que darán recursos al Estado para invertir en el desarrollo, según dijo, al tiempo que enfatizó que es posible tener «buen agua y buena minería».

Hoy se celebró el Día Mundial del Agua y fue ese el motivo simbólico por el cual los indígenas escogieron esta fecha para entrar a Quito.

«No somos ni cinco ni cien, como dice el Gobierno, hay millones de ecuatorianos que no estamos de acuerdo con el Gobierno, con la minería, con los insultos», señaló a Efe Luis Macas, un legendario líder de la Conaie.

De su lado, Cholango, en un discurso pasado por agua por la pertinaz lluvia que cayó en la capital, dijo que la movilización indígena «no es desestabilizadora» como ha dicho el Gobierno, sino que exige un cambio en la conducta del mandatario.

«Que (Correa) vea, que escuche, que aquí está un pueblo que le está pidiendo no a la minería y que no gobierne con los partidos políticos de la derecha ecuatoriana», añadió Cholango.

La capacidad de movilización de la Conaie jugó un papel importante en la caída de tres gobiernos en Ecuador desde 1997, pero su poder de convocatoria ha disminuido con Correa en el poder, al que apoyó al principio de su mandato, en 2007.

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