Ambulancias con seis pacientes en estado crítico llegaron este martes al Comando Aéreo de Combate No.5 en Rionegro, en el departamento de Antioquia, para iniciar un traslado aeromédico.
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Al final, en el avión C-295 de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) partieron cinco. Uno de ellos no lo logró. La covid-19, a pocos metros de la plataforma de despegue, le arrebató la vida.
Este tipo de misiones humanitarias debieron reactivarse ante el colapso hospitalario que atraviesa Medellín, con una ocupación de las UCI superior al 98 % durante la tercera ola de la pandemia.
«Han sido unos día bastante duros, de bastantes operaciones aéreas», dijo a Efe el coronel Alejandro Vélez Ospina, comandante de esta base aérea, conocida como Cacom 5.
Con el movimiento registrado en los últimos días y las solicitudes que empezaron recibir, no le resultó difícil concluir que «el sistema de salud está a punto de reventar».
Para descongestionar la red asistencial del departamento, presionada por el aumento en los casos, fue programado este nuevo traslado, que inicialmente estaba dispuesto para 12 personas.
La mitad de ellas no fueron autorizadas para ingresar a estas «UCI aéreas» por sus delicadas condiciones de salud.
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En Medellín, actualmente hay más 200 personas en turno de espera para ser internadas por complicaciones asociadas al coronavirus y la ciudad apenas cuenta 16 camas disponibles de unidad de cuidados intensivos.
(Video) Así se ven las «UCI aéreas» que están atendiendo pacientes en Medellín
UNA MISIÓN AGRIDULCE
Un equipo médico integrado por ocho miembros de la FAC, entre ellos un médico intensivista, un médico general, un biomédico y cuatro enfermeros de combate, lideró la operación que tuvo como destino a Bogotá, donde los pacientes serán internados en distintos centros hospitalarios.
A su llegada a Rionegro, la tripulación y los especialistas iniciaron un minucioso proceso de preparación para preservar la vida de las personas a su cargo y protegerse de un contagio.
Máscaras, guantes, botas y trajes antifluido salieron de las maletas para el ciclo de alistamento que se vio interrumpido cuando uno de los pacientes sufrió complicaciones y requirió de atención especial antes de empezar a abordar en camillas y con asistencia respiratoria mecánica el avión. Ninguno en cápsulas de aislamiento individual.
«Lamentablemente tenemos que informar que hace contados instantes uno de los pacientes que estaba en espera en la ambulancia para ser trasladado a Bogotá falleció», comunicó el comandante la víspera del vuelo que terminó con un sabor agridulce.