El púgil francés Mourad Aliev protagonizó hoy una sentada de una hora sobre el ring para protestar por haber sido descalificado en su combate de cuartos de final del peso superpesado contra el británico Frazer Clarke.
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Aliev montó en cólera cuando el árbitro estadounidense Andrew Mustacchio detuvo el combate a falta de cuatro segundos para el final del segundo asalto.
Tras gesticular airado, el boxeador de origen ruso permaneció una hora sentado contra las cuerdas, mientras conversaba con los entrenadores y dirigentes franceses, que intentaban hacerle entrar en razón. Aliev se marchó unos minutos y luego prosiguió con su protesta, antes de abandonar el Kokugikan Arena aún quejándose.
Su combate fue el último de la jornada, por lo que la sentada no alteró el programa de competición.
«He luchado toda mi vida. Me he preparado toda mi vida para estos Juegos, así que cómo no voy a enfadarme», dijo después. «Me senté para protestar por lo injusto que fue».
Aliev explicó que no había recibido antes de la descalificación ninguna advertencia. La ficha del combate, sin embargo, sí recoge una amonestación en el segundo asalto.
También Frazer Clarke, que con el pase a semifinales se garantizó al menos el bronce, se dirigió a su rival para intentar tranquilizarle.
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«Traté de darle el consejo de un veterano. Sé que es difícil y sé que está enfadado. Ya he pasado por eso», comentó el británico.
«Pero lo mejor que puede hacer es calmarse, volver a los vestuarios y», dijo, «descargar su ira con otra persona».
EFE