Encuentre a continuación la entrevista exclusiva con la tenista María Camila Osorio, número uno de Colombia.
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El WTA de Bogotá fue el primer torneo grande en el que participó. Ahora, tras unos años, regresa con más experiencia y ya no como juvenil sino como profesional. ¿Qué expectativas hay y cómo manejar la altura de la Capital para que su juego no se vea afectado?
Me siento feliz de regresar a casa y de competir en Colombia. Tengo un poco más de confianza que antes y más partidos y torneos encima. Claramente, jugar en la altura influye, pero, poco a poco, voy adaptándome. Eso sí, toca esperar cómo se desarrolla el torneo. Sin embargo, tengo toda la ilusión del mundo. Además, aunque no habrá público, hay mucha gente que me estará apoyando.
Hablando de eso, en cuanto a las representantes colombianas, las miradas estarán en usted al ser la mejor raqueta femenina del país. ¿Cómo manejar esa presión para una jugadora de 19 años?
Trato de ver las cosas de otra manera. Sí siento presión porque todos están a la expectativa de que me vaya bien, pero es bonito que esperen mucho de uno. Por eso, esa presión se convierte en motivación. Si ellos creen en mí, también debo creérmelo y ser consciente de lo que tengo. Debo disfrutar el proceso. Sé que con trabajo, disciplina y de la mano de Dios, lograré los objetivos.
A pesar de que ha sido una temporada atípica por la pandemia, ¿qué ha aprendido en este primer año como profesional?
El cambio ha sido grande. Ahora soy muy diferente a lo que era hace un año. Es la misma María Camila, pero ya consciente de que los factores externos influyen en la cancha. Confío más en mi juego, he trabajado en mejorar los golpes, estoy sólida desde el fondo y sigo perfeccionando el saque. Obviamente, faltan detalles porque, por la pandemia, no he jugado tantos torneos. Sin embargo, estoy tranquila y ya no me enfoco en la persona contra la que jugaré, sino solo propongo y ya.
Cuando hablamos en diciembre de 2019, no supo decirme con exactitud cuál era su diferencial con relación a las demás tenistas del circuito. ¿Ya sabe cuál es?
Ahora sí (risas). En Monterrey fue el torneo donde jugué más suelta. Le estoy pegando mejor a la bola. Además, antes jugaba muy defensivo, esperando a lo que hiciera la rival, pero eso ya cambió y estoy atacando. Todo es paso a paso, pero estoy fuerte. El saque también lo he mejorado y propongo más de fondo.
A propósito del WTA 250 de Monterrey, donde entró al cuadro principal en sencillos, y de la gira por Estados Unidos, donde sorprendieron sus resultados en dobles, llegando a dos finales, ¿no ha pensado en enfocarse en esta modalidad?
Nadie creía esos resultados en dobles (risas). La verdad sigo enfocada en sencillos porque el gran objetivo es ser la número uno. Sin embargo, jugar dobles es un complemento porque me ha ayudo a soltarme. En dobles, solo tengo que enfocarme en mi mitad de la cancha y salen buenas cosas. Por eso, al hacerlo en sencillos, intento que sea con la misma fluidez y solidez. Ahí, es donde digo que se complementan. Es bueno jugar en ambas, pero sigo enfocada en sencillos.
Regresando a su primer año como profesional, estuvo a tan solo un partido de entrar al cuadro principal del Australian Open, superando dos qualy previas. ¿Cómo fue esa experiencia?
Iba con la ilusión de entrar al Grand Slam y clasificar. Estuve muy cerca. La verdad, me dio un poco duro haber perdido en la última qualy porque me había preparado mucho, pero trato de tomar lo positivo. A diferencia de las rivales, llevaba varios meses sin jugar y aún así, di la pelea. Estas experiencias me ayudan a crecer, a madurar y a saber cómo afrontar estos torneos. Además, disputar un Grand Slam siempre será bonito y una hermosa oportunidad.
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Estando en Australia, su entrenador dio positivo para coronavirus, ¿cómo manejó esa situación desde la parte mental para que su juego no se afectara en ningún momento?
Fue un poco difícil para mí porque aparte estábamos los dos solos. Estaba muy preocupada por él porque el coronavirus es delicado y uno no sabe qué pueda pasar. Siendo sincera, en lo último que pensaba era en lo deportivo, solo me importaba su salud. En medio de ello, fue muy chistoso la manera de entrenar porque me daba las indicaciones por teléfono (risas). Nunca había pasado algo así. Pero bueno, pasaron los días y tuvo síntomas leves, se recuperó y ahora, con más consciencia, somos precavidos. Debemos ser estrictos porque un positivo en nuestro caso significa no jugar por varios días.
Juan Sebastián Cabal y Robert Farah brillan en dobles, María Angélica Bernal se destaca en tenis adaptado, Daniel Galán y usted han obtenido resultados importantes en sencillos. ¿Es el mejor momento del tenis colombiano?
No sabría decirte si sí o no. Estamos en el proceso de llegar a ello. En cuanto a sencillos vamos por buen camino, pero aún no nos hemos consolidado. Eso sí, estamos cerca de la barrera del 100 en el ranking. Una vez se de ese paso, diremos que estamos jugando contra los mejores. Ahora, lo que sí puedo afirmar es que lo que se está haciendo es meritorio, sacando la cara por Colombia. María Angélica ha clasificado a los Grand Slams, entre las 10 mejores del mundo y con cupo a los Paralímpicos. Daniel está dando de qué hablar. Juan Sebastián y Robert, ni se diga todo lo que han hecho. No diré que es el mejor momento porque sé que podemos llegar más lejos, pero hay muy buenos resultados.
Y la otra cara de la moneda gira en torno a la gran diferencia en ranking entre usted y la próxima raqueta de Colombia (Emiliana Rango). Misma situación se presenta en la rama masculina con Daniel Galán y el siguiente colombiano. ¿A qué se debe esto?
No creo que se deba a algo malo puntualmente. En la actualidad, lo del ranking está complicado porque, a causa de la pandemia, se congeló. Subir puestos es duro. Por ejemplo, Daniel llegó a semifinales de un ATP y tan solo ascendió seis puestos. Lo mismo pasa con Emiliana. Ahora hay muy pocos torneos, para entrar está durísimo y también para sumar puntos. Pero no es sólo con los colombianos, pasa con todos.
Teniendo en cuenta eso, ¿qué objetivos hay para el 2021?
Entrar al top 100. No será fácil por lo que dije anteriormente, pero sé que, paso a paso, se logrará y, de paso, clasificar a los Grand Slams. Por ahora, estar en torneos grandes.
¿Y los Olímpicos?
Trato de no pensar en eso y solo enfocarme en el presente. Prefiero esperar y jugar lo que tengo ahorita. Así uno no gasta energía pensando y hasta se duerme más tranquilo (risas).