Polémica en el mundo tenis en las últimas semanas. En medio de un torneo de exhibición, Novak Djokovic, Grigor Dimitrov, Borna Ćorić y Viktor Troicki dieron positivo por coronavirus.
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Dicha noticia generó un gran revuelo. Las discusiones no se hicieron esperar y los señalamientos aparecieron. Nick Kyrgios fue uno de los más duros al criticar lo acontecido.
El regreso a las canchas parecía alejarse. Sin embargo, parece que nada cambió y, por el contrario, se conocieron nuevas medidas que, para algunos, parecen insólitas.
La próxima edición de Roland Garros, retrasada a septiembre, se jugará con público. Eso sí, nunca más del 60 % del aforo total. Así lo indicó la Federación Francesa de Tenis (FFT).
Durante el torneo se tomarán otras precauciones que irán adaptándose a la evolución de la pandemia, en coordinación con las autoridades sanitarias francesas.
Los jugadores y sus equipos técnicos serán sometidos a un protocolo sanitario. Hasta el momento se desconoce cuál, pero se informará próximamente.
La FFT pondrá a la venta las entradas a partir del próximo día 9 para los federados. Asimismo, una semana más tarde para el público en general.
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Las entradas para las tres principales canchas, la Philippe Chatrier, la Suzanne Lenglen y la Simonne Mathieu, serán vendidas en función de varios factores.
Allí, se analizará la fase del torneo y el emplazamiento definitivo en las gradas no se comunicará a los espectadores hasta mediados de septiembre.
Al igual que sucede en cines y teatros, en esas tres pistas se dejará una silla libre entre cada grupo de compradores, que no podrá superar las cuatro personas.
En el resto de pistas, se condenará una plaza de cada dos para evitar que dos espectadores se sienten juntos. De hacerlo, se limitará el aforo a entre el 50 y el 60%.
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