Uno de los mayores escándalos en la historia del deporte tuvo como protagonista a Lance Armstrong. A pesar de la gran cantidad de títulos que consiguió, el ciclista reconoció haberse dopado a lo largo de su carrera.
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Desde ese momento iniciaron las investigaciones y las reacciones no se hicieron esperar. Sin embargo, años después, se siguen conociendo nuevos detalles en torno al caso. Así lo informaron en las últimas horas.
El estadounidense admitió en el documental que emitirá ESPN en dos partes, los días 24 y 31 de mayo, que el cáncer testicular que padeció en 1996 podría haberse producido por el consumo de hormonas de crecimiento.
Según adelanta el portal especializado Cycling News, Lance Armstrong reconoce que «la única vez» en su vida que tomó hormonas de crecimiento fue en la temporada de 1996. Y es que justo en aquel año, le fue diagnosticado el cáncer.
«Hormonas de crecimiento y células. Cuando algo bueno necesita crecer, lo hace. ¿No tendría sentido que algo malo creciera también?», se pregunta el texano.
Armstrong también reconoció en el documental que su primera experiencia con el dopaje se produjo «probablemente con 21 años», lo que coincidiría en el tiempo con su victoria en el Mundial de 1993.
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