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Cuando el gallo canta: ser hincha y periodista en Colombia.

“Antes de entrar en la apasionada defensa de nuestras respectivas tesis, identificamos cuatro tipos de periodistas, que tienen como fuente principal el fútbol, respecto a la relación que confiesan con un equipo en particular”: Julián Capera

La semana pasada tomando un café (virtual) con una de las personas que me formó como periodista y ahora es un gran amigo personal, tuve de nuevo una discusión sobre la conveniencia de reconocerse hincha de un equipo de fútbol en nuestro país y los motivos que llevan a una persona a negar o asumir lo que hay en su corazón. 

Antes de entrar en la apasionada defensa de nuestras respectivas tesis, identificamos cuatro tipos de periodistas, que tienen como fuente principal el fútbol, respecto a la relación que confiesan con un equipo en particular. 

Tipo A: Simón Pedro. Niegan, hasta tres veces, cualquier tipo de vínculo con un club. Localmente hablando, su corazón está en OFF, según ellos. Gambetean el tema diciendo que, incluso en la soledad de su habitación, solo gritan un gol de la Selección Colombia o de un equipo del extranjero. Esto, sin duda, les ahorrará enemigos pero a veces a la madrugada el gallo canta. 

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(Lamentablemente vivimos en una sociedad absurdamente agresiva. Ese silencio, muchas veces alimentado por el miedo termina siendo un estilo válido de autoprotección. No debería ser así, pero así es.)

Tipo B. El Chavo. Dicen ser hinchas de un equipo que no despierte (tanto) rechazo en los seguidores de los clubes rivales. Todos sabemos que es un adulto disfrazado de niño. ¿Pero quién atacaría al Chavo?. 

Una táctica de supervivencia que se puso de moda en Argentina hace unos años: jurar amor al equipo del barrio para no hacer enojar a ninguno de los grandes. 

Tipo C. El Guasón. Aquellos a quienes no les interesa ocultarlo ni tampoco asumir un compromiso con nada. Solo vale su camiseta, su código. Poco importan para ellos las consecuencias de sus palabras y el fuego que pueden desatar con una declaración. Es la especie más peligrosa. 

Tipo D. Transparent-Man. Reconocen un vínculo con el equipo de sus amores, los colores de su infancia y su familia. Lo hacen también en señal de respeto con la audiencia entendiendo que se crea un punto de partida en un entorno de honestidad. Asumen un compromiso mayor con la verdad y aunque la objetividad total no existe, toman la misma postura crítica ante todos los equipos (incluyendo el suyo, sobre todo el suyo). 

No es un secreto que esta última es la postura que hemos adoptado muchos en las generaciones más nuevas del periodismo deportivo en Colombia. Sin embargo, en las que nos precedieron y donde hay gigantes del oficio también hay Transparent-Man. Por nombrar uno nada más: Iván Mejía Álvarez, hincha del América desde niño. Sin lío. 

Ya de madrugada el gallo cantó. Mi maestro reconoció que su alma es roja y su corazón no late, ruge. A pesar de no haber nadie más en la videollamada, el lo susurró: ‘Santa Fe’. Creía que me estaba dando la clave de una caja fuerte pero sus ojos, como los de casi todos los involucrados en este juego, hace rato lo habían delatado. 

@juliáncaperab

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