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¡Polémica en el VAR! Santa Fe y Deportivo Cali quedaron a mano

Noche para bar. Ir al estadio era una tentación, a apoyar a Independiente Santa Fe, o al Deportivo Cali si el corazón late azucarero. Si no era posible, la fría Bogotá invitaba a una buena comida, una buena bebida y a vibrar desde el sofá, en un partido que prometió emociones.

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También noche para VAR. El famoso juez tecnológico aterrizó por fin en Colombia, pero por un partido internacional. Cardenales y azucareros, a priori, tenían la garantía de que no habría discusiones arbitrales, por lo que podrían dedicarse a jugar.

El VAR iba a ser importante, pero primero tenían que dictar algunas partituras ambos equipos. Santa Fe quiso imponer condiciones reconociéndose local en El Campín, mientras que el Deportivo Cali ejecutaba el plan de su alfarero: Gerardo Pelusso.

El uruguayo no se va con cuentos a la hora de defender. Su idea es aguantar lo más posible, esperando algún error rival para herir. Luego del asedio cardenal en gran parte de los primeros minutos, esa falla se dio. El gol local estaba al caer, pero lo que cayó desde el cielo fue un baldado de agua fría, en forma de balón.

Centro al corazón del área santafereña, sin ningún defensor haciendo el intento para despejarla. Ezequiel Palomeque, ni corto ni perezoso, saltó a merced y con un frentazo venció a Robinson Zapata. Definición de libro: fuerte, pique al suelo y el arquero abatido. Gol del Cali, clave por ser conseguido en condición de visitante.

Resultado injusto en ese momento del partido, pero no tanto como para presagiar lo que vino minutos más tarde. El primer tiempo expiraba entre la cobardía de los vallecaucanos y la impotencia bogotana. Hasta que todos se despertaron en El Campín. Los levantó el pito del árbitro ecuatoriano Roddy Zambrano, quien con efusividad señaló una falta existente, pero no donde él la vio en primera instancia.

Penal para Santa Fe. Premio a su insistencia, pero error imperdonable del silbante, quien indicó el punto de cal en una infracción que fue afuera del área. Equivocarse sin VAR ya es grave, pero incurrir en el error con la tecnología de su parte, es negligente. Zambrano nunca quiso remediar su error y poco le importó a Wilson Morelo, quien fusiló a Camilo Vargas.

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Por el trámite, el resultado se ajustaba a lo visto en El Campín; por los sucesos, todo estaba con dudas. El primer tiempo culminó con una superioridad cardenal, que para la segunda parte no decayó.

Los cardenales saborearon la victoria y la gritaron a rabiar, pero esta vez sí apareció el VAR para anularle el gol a Arley Rodríguez, en una posición adelantada que nunca quedó clara. Dos minutos más tarde, otro gol anulado a los cardenales, pero esta vez no hubo atenuantes.

VAR para creer. La noche bogotana pasó de ser un deleite a un mar de polémicas que no acabaron aún, se define en Palmaseca.

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