Volvió James Rodríguez a la Selección Colombia. Un partido amistoso de preparación, aún sin entrenador oficial, tuvo como mayor aliciente el retorno del mago del balón tricolor. Su zurda hizo falta en septiembre, aunque fue necesaria su ausencia para que se acondicionara, porque el seleccionado nacional lo necesita diez puntos.
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¡Y vaya que lo está! El 10 tomó la batuta de un partido que presentó a una Colombia dominante en la primera mitad. Estados Unidos intentó presionar en los primeros minutos, pero la valentía le costaba huecos atrás que por desgracia Radamel Falcao no pudo aprovechar.
Ante la abrumadora superioridad tricolor, el entrenador yanqui Dave Sarachan le pidió a los suyos replegarse. Los norteamericanos cerraron filas y le hicieron el trámite más complicado a Colombia. Entonces, fue necesario el desequilibrio individual, con las gambetas de Juan Guillermo Cuadrado y claro, con la zurda prodigiosa de James.
Por fortuna para ellos, también contaron con un socio inesperado: Santiago Arias. El lateral derecho perforó cada vez que piso, cual Cafú en sus mejores tiempos.
Por derecha era la clave y los talentosos de la Selección así lo entendieron. Cuadrado ganó en el uno contra uno; Arias fue rueda de apoyo; Falcao y Carlos Bacca entraban y salían del área, pero la noche era exclusiva de James. El creativo del Bayern Múnich recibió el balón, fintó a un rival, se acomodó y con el chanfle siniestro la acomodó en el ángulo, dejando estacado al portero Zack Steffen.
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Júbilo en el estadio Raymond James de Tampa, con mayoría de presencia colombiana. Sí, como presagiando la noche mágica de Rodríguez, el escenario llevaba su nombre, así se pronuncie allá “yeims”. En un primer tiempo para enmarcar, el ‘10’ tuvo en su pierna el 2-0, pero luego de definir, un zaguero ‘gringo’ lo sacó en la línea. Final de la etapa inicial y aplausos a rabiar para el ‘niño mimado’ tricolor.
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Colombia entró dulce al segundo tiempo. El gol de James los llenó de confianza y en Tampa había pronóstico de goleada. Pero a veces, los meteorólogos se equivocan y los analistas de fútbol también. En apenas siete minutos, la selección de las barras y las estrellas volteó el marcador de 0-1 a 2-1. Aunque suene ingrato, el gran responsable fue Mateus Uribe, quien erró en las coberturas de los goles de Kellyn Acosta y Bobby Wood.
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La Tricolor, dormida. Necesitó de dos cachetazos para reaccionar, pero por fortuna lo pudo hacer. Arturo Reyes acudió a otro mago de su lámpara, como lo es Quintero. El de River hizo jugar al equipo y el empate de Bacca no se hizo esperar.
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El equipo nacional siguió de lardo y fue el turno de Falcao para poner el 3-2. La frutilla del postre la puso Miguel Borja, luego de otra jugada de James, que el delantero del Palmeiras definió de media chalaca. Rodríguez salió y los aplausos lo bendicieron. Esta Colombia juega sabroso.
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