En partidos cerrados bien está abrir la cuenta con pelota parada. Francia y Bélgica se respetaban mucho, hasta que de un tiro de esquina Samuel Umtiti puso la cabeza para batir a Thibaut Courtois.
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Gol de Samuel Umtiti con Francia a Bélgica
(haga clic acá para ver el gol de Umtiti a Bélgica)
Francia remató mejor el primer tiempo y en el segundo se puso adelante muy rápido.
Una final adelantada. Francia y Bélgica son para los entendedores los que mejor fútbol exhibieron en esta Copa del Mundo. El azar los quiso cruzar antes de la final, lo que generaba una atención extrema al partido de semifinal.
El escenario fue el estadio de San Petersburgo. En la ciudad de las noches blancas, al norte de Rusia, ambas selecciones querían que la penumbra no le bajara las persianas. Por eso, cada detalle contaba para estar más cerca del éxito.
Por el potencial ofensivo de ambos seleccionados se esperaba un partido abierto, con muchos goles. Sin embargo, el plan cambió y la puesta en escena fue diferente.
De antemano se presumió con un Francia reactivo, contragolpeando y explotando los espacios belgas, algo que sucedió fiel a lo imaginado. Lo que cambió fue la postura de Bélgica, más combativa en el mediocampo con el ingreso de Moussa Dembelé, en reemplazo del suspendido Thomas Meunier.
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La mitad de la cancha se transformó en una zona de combate. Sin mala leche, se disputó la pelota con fiereza en el primer tiempo. Los belgas quisieron con densidad suplir el poderío físico galo, pero a medida que pasaron los minutos este se fue imponiendo de la mano de un enchufado Paul Pogba. A su lado, los pac-man N’Golo Kanté y Blaise Matuidi anularon a Kevin De Bruyne.
La única solución belga en la primera parte nació de los pies de Eden Hazard, quien con su gambeta hizo pasar un mal rato a Benjamin Pavard. Pero el Duque necesitaba de un socio que al menos en la primera mitad no se vio. Romelu Lukaku estaba desaparecido y los volantes estuvieron más para pelear que para dar una mano en construcción.
Francia, en cambio, fue dominando de a poco con las corridas de Kylian Mbappé y la creación de Antoine Griezmann, quien aunque intermitente, le daba por momentos chispazos de buen juego a los galos.
Los arqueros también se mostraron concentrados, con una atajada de Hugo Lloris a Toby Alderweireld, que enmudeció el estadio de San Petersburgo. Respondió Thibaut Courtois con una achique exacto sobre Pavard.