Un hincha del equipo de fútbol turco Denizlispor fue suspendido del estadio por un año, pero eso no evitó que asistiera al partido y animara a su amado grupo.
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El hombre alquiló una grúa y sobrepasó las altas paredes del estadio. Desde la grúa colgó una bandera verde y negra, los colores del equipo, y dirigió a la hinchada.
Alcanzó a disfrutar la mayor parte del espectáculo, pero no hasta el final porque los policías lo hicieron bajar. Aún no se sabe la razón por la que fue suspendido.