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La Colombia Oro y Paz deja muy buenas señales para el ciclismo colombiano

La carrera Colombia Oro y Paz terminó con un triunfo de Egan Bernal, pero el principal gandor parece ser la Federación Colombiana de Ciclismo

(Leonardo Muñoz/EFE)

El remate de la Colombia Oro y Paz, este domingo en Manizales, fue un momento épico digno de una de las carreras más interesantes del calendario mundial. Con el triunfo en los últimos metros de Egan Bernal sobre Nairo Quintana y Rigoberto Urán, el juvenil de Zipaquirá empieza a aparecer en la historia de los ‘escarabajos’, con un camino muy poderoso al frente.

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Egan resistió muy bien los tremendos 18 kilómetros del ascenso desde Chinchiná hasta la Torre de Chipre, 18 kilómetros de un ascenso sin tanta inclinación pero con rampas muy fuertes. En medio de una gran cantidad de hinchas del ciclismo de todo el país, Bernal aprovechó los últimos kilómetros del ascenso para sacar 12 segundos al que llegaba como líder, Nairo Quintana (Movistar).

Aunque Nairo envió a su hermano Dáyer para evitar que sus rivales pudieran sacar los 10 segundos de bonificación al vencedor de etapa, no pudo sostenerse. Llegó detrás de su escolta Rigoberto Urán (Education First), dejó que Bernal se escapara con Sebastián Henao, y no tuvo la fortaleza para retener el liderazgo que había obtenido el día anterior en Salento.

Con solo 21 años, Bernal obtuvo su primera victoria con la camiseta del Sky en una genialidad técnica del equipo británico. El ataque justifica la apuesta que el equipo de Chris Froome jugó al contratarlo, y cabe esperar que en los próximos años tenga una gran participación en los grandes tours.

A pesar de la victoria de Egan, los aficionados del Valle del Cauca y el Eje Cafetero tuvieron oportunidad de ver todo lo que quisieron. Fernando Gaviria mostró en las tres primeras etapas por qué es uno de los mejores embaladores del mundo. Rigoberto Urán ganó la etapa de Salento, Nairo Quintana pudo tener la camiseta de líder, e incluso hubo oportunidad para que brillara el principal corredor extranjero que participó, el francés Julian Alaphilippe, que ganó el viernes en el Alto del Tambo.

¿Qué esperar en 2019?

La Federación Colombiana de Ciclismo se anotó un gran éxito. Los aficionados se volcaron a las carreteras del Eje Cafetero, aunque no tanto en las primeras etapas planas. La organización tuvo algunos errores pero no fueron tan importantes, y en general dio una imagen positiva que podría atraer a más equipos World Tour a las carreteras de Antioquia, donde se correrá la versión 2019.

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Así, cabe esperar que equipos como el UAE-Emirates de Darwin Atapuma y el Trek de Jarlinson Pantano tengan también participación en esta carrera. El nariñense y el vallecaucano participaron como parte de la Selección Colombia en la Colombia Oro y Paz, pero no pudieron destacarse, y la presencia de sus equipos pudieran haber ayudado.

Pero también se necesitarán mejores cosas para la carrera. Aunque la organización no tuvo muchos errores, se quedó corta en temas de seguridad, con el robo de un computador del equipo Quick Step del bus del equipo, y otro robo a un periodista francés en la base de Palmira. También quedó faltando en la señalización de la ruta: las metas volantes no fueron bien marcadas.

En cuanto al recorrido la carrera tuvo buenas oportunidades, pero brillaron por su ausencia la falta de alternativas: el pelotón pasó al menos tres veces por el municipio de La Paila. Para la prueba en Antioquia, convendría ver vías regionales y locales propias para las fugas. Además, podría considerarse un séptimo día que ofreciera un espacio de contrarreloj.

Finalmente, una anotación para la transmisión televisiva: se notó el esfuerzo de Señal Colombia para una producción adecuada y con muchos detalles, pero quedó faltando un elemento básico como las diferencias de tiempo entre fugados y pelotón o líderes. El final de la carrera fue caótico en parte por este elemento, lo que es una alerta para la producción de una Colombia Oro y Paz que apunta para un gran futuro.

Hoy era el día. Me sentía muy bien y desde abajo les dije a los muchachos que me sentía bien, me recordaban que los últimos kilómetros iban a ser más duros y en los últimos tres o cuatro kilómetros decidí atacar (…) Nunca había corrido acá y me dio la oportunidad de correr en mi tierra, que es un orgullo.

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