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Llamados a ser cracks: los jugadores que se graduarán de estrellas en la Liga Águila

El campeonato empezó y las cartas están sobre la mesa. La mayoría de los equipos tienen estrellas, pero hay unos futbolistas jóvenes que de los que seguro se hablará y mucho.

Sueñan con ser la próxima figura del fútbol colombiano. Las historias de jugadores como Yerry Mina, Davinson Sánchez, Frank Fabra, Miguel Borja, entre otros que la ‘rompieron’ en el fútbol colombiano y luego dieron el salto a otras ligas más importantes, vive en el interior de ellos.

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Algunos, pese a su juventud ya son realidades. Es el caso de los juveniles del Deportivo Cali, como Nicolás Benedetti y Kevin Balanta, con edad de selecciones juveniles, pero asentados en la titular desde hace rato.

Lo mismo pasa con el venezolano Wuilker Faríñez, que a sus escasos 19 años de edad ya es el portero de la selección vinotinto mayor. Este año con Millonarios intentará demostrar que ese rótulo no es casualidad.

Distinta es la situación de otros futbolistas que ya hicieron su estreno y dieron buenas sensaciones, pero que todavía lucen lejos del imaginario de los hinchas del fútbol colombiano.

Otros, también se destacaron el año pasado pero en equipos de menor relevancia. Ahora, en clubes grandes, están llamados a exhibir todo su talento y ganarse la consideración de sus entrenadores, sus compañeros y la opinión pública.

Entre tanta cantera, estos son los jugadores a los que mayor potencial se les ve para la Liga Águila 2018.

 

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Jorman Campuzano (Atlético Nacional)

A sus 21 años, tiene la gran oportunidad en la primera división del fútbol colombianos. No lo hará en un club cualquiera, sino en un gigante como es el Verde Paisa. Su carrera la elaboró en Deportivo Pereira, con dos años excelentes, pero sin lograr el objetivo del ascenso.

Juega de volante central y su mayor virtud es la visión de juego que ostenta. En lo poco que lo usó, Jorge Almirón le dio la responsabilidad de ser el capo del mediocampo, además de ser el que inicia las jugadas, metiéndose entre los dos centrales.

Gustavo Carvajal (América de Cali)

En la pretemporada descrestó a todos con sus capacidades. Su despliegue físico en el medio del campo, acompañado de una buena técnica y repentización, hizo que los ojos se depositaran en él.

Con apenas 17 años, el centrocampista sabe lo que es disputar un Mundial con la Selección Colombia, participando en el campeonato de India 2017, donde se destacó.

Jorge Da Silva avisó que lo llevará despacio, pero sabe que la verdadera joya americana es el muchacho que nació en Cauca.

Carlos Cuesta (Atlético Nacional)

Es la próxima perla de la cantera verdolaga. Su similitud con Davinson Sánchez es evidente, no solo en lo físico, sino en su modo de jugar. Aunque no es tan dúctil con la pelota, tampoco es un impedido. Su versatilidad es destacada por los entrenadores, que lo pueden poner como central o como lateral por derecha.

El zaguero al parecer le ganó el puesto de titular a Felipe Aguilar y con solo 19 años tiene una gran responsabilidad con la camiseta paisa.

Luis Fernando Díaz (Junior de Barranquilla)

El semestre anterior irrumpió con gran impacto en un equipo rojiblanco plagado de estrellas. Su habilidad emociona a los hinchas tiburones, siendo clave en varios partidos del año anterior.

De ascendencia wayú, Díaz se ganó un lugar entre los titulares, actuando por zona izquierda. El guajiro de 17 años inició el año en gran nivel y a pesar de la plantilla juniorista, en la que otros tienen más renombre, será difícil quitarle el puesto.

Mauricio Gómez (Independiente Medellín)

Con 24 años se podría creer que su momento de explosión pasó, pero lo cierto es que jugó varios años en gran nivel actuando para Patriotas. Sin embargo, ningún equipo grande creyó en sus condiciones hasta que el DIM se la jugó por él.

Es gambeteador e inteligente para asistir por banda izquierda. En la pretemporada le costó destacar, pero desde el primer partido oficial se echó a la afición poderosa al bolsillo, siendo el mejor jugador del duelo inaugural frente al Pasto.

Su nivel por izquierda le puede dar alguna oportunidad en la Selección Colombia después del Mundial de Rusia 2018, en un lugar donde la tricolor no tiene demasiadas variantes.

Christian Huérfano (Millonarios)

Ya conoce lo que es ser campeón de Colombia, a sus escasos 22 años. Desde el semestre anterior es el jugador número 12 en el equipo de Miguel Ángel Russo, siendo un comodín por derecha o por izquierda, o incluso como mediocampista interior en la línea de tres volantes que suele usar el conjunto embajador.

Su polivalencia no es su única virtud. Tiene muy buen control de balón, regate en espacio corto y visión de juego. Pide pista en el equipo titular, pero le tocará hacer algo más para convencer a propios y extraños.

Miguel Nazarit Mina (Once Caldas)

El espigado defensor tiene la madurez necesaria para afrontar la dura situación del equipo manizalita, que está luchando por no descender a segunda división. Con apenas 19 años se ganó la titular y brinda seguridad en la línea defensiva.

Con él, el equipo mejoró en la última etapa de la era Maturana y tal parece que Huberth Bodhert también apostará por él.

Andrés Ricaurte (Independiente Medellín)

Es el mejor pasador del fútbol colombiano, al menos por lo que mostró en Atlético Huila. Tiene una visión para meter pases profundos envidiable, jugando desde la primera línea de volantes.

Al igual que Gómez, llega a un equipo grande después de varios años de destacarse en conjuntos pequeños. Con 26 años, Junior se fijó en él pero no pasó la revisión médica en Barranquilla, por lo que los rojiblancos desistieron de su contratación. DIM sí le hizo contrato y por el momento no le sale mal. Si mantiene el nivel se hablará de él como una gran estrella.

Pablo Sabbag (Deportivo Cali)

Alto y ágil, el barranquillero espera que este año sea el de demostrar todas sus virtudes futbolísticas. La mala noticia fue la contratación de José Sand, que a juzgar por el esquema de Gerardo Pelusso, le va a quitar minutos en la titular.

Sin embargo, el argentino no está logrando completar los 90 minutos en cada partido y el equipo se revitaliza cuando entra el joven de 20 años. Tiene buen juego aéreo, pero lo que más se destaca es su despliegue físico.

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