Nacional y Millonarios definieron el otro finalista del primer campeonato del año. El 0-0 de la ida dejó todo abierto y con muchos interrogantes. ¿Podrían los embajadores repetir la supremacía, esta vez en Medellín? ¿Reaccionarían los verdolagas luego de una serie de pálidas presentaciones? En 90 minutos se responderían todas las preguntas.
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Para darle más suspenso, la lluvia fue una invitada inesperada en el Atanasio Girardot, encharcando el terreno y haciendo las cosas más difíciles para los dos equipos. Jugar por abajo era prácticamente imposible. Se necesitaba inteligencia para llegar a los arcos.
Nacional, fiel a su libreto como local, intentó llevar el peso del partido de entrada. Sin embargo, el juego y la fluidez en el Verde no aparecía. Millonarios, por su parte, le jugaba de igual a igual a su rival y en poco tiempo comprendió mejor cómo jugar el partido bajo la lluvia.
Al ver que Nacional no ejercía superioridad, los albiazules se fueron animando. De esta manera, transformaron en figura a Franco Armani, que sacó dos pelotas muy difíciles que llevaban dirección a gol. El portero verdolaga fue el culpable de que el 0-0 se mantuviera hasta el final del primer tiempo.
Si fuera boxeo, por puntos estaría ganando Millonarios. Pero en el fútbol se gana con goles y en tres tiempos con supremacía embajadora, el marcador continuaba en ceros.
Ahí fue cuando Millonarios cambió el chip y en vez de disputarle la pelota a los verdes, decidió meterse atrás. Nacional se fue tomando confianza, a los trompicones, comenzó a ser dueño del trámite.
Millonarios no tuvo reacción por varios minutos y ahí apareció la figura de Pedro Franco. El defensor rememoró el nivel de años atrás, donde era un caudillo albiazul. En la noche paisa, dejó el sudor y la sangre en el campo del Atanasio Girardot, literalmente.
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Pese al asedio verdolaga, Millonarios estaba cerca del empate y de llevar el partido a los penales. Lo mereció. El azul demostró estar a la altura donde el rival era favorito, pero la fatalidad apareció.
Rodin Quiñones entró al campo para darle un revulsivo a su equipo y lo consiguió. El joven delantero tuvo a maltraer a la defensa embajadora y un cabezazo de él dio la gloria al verde. El balón no entró, pegó en el palo, pero el balón le quedó servido a Dayro Moreno, que solo tuvo que empujarla en el tiempo de descuento.
(Haga clic acá para ver el gol de Dayro Moreno)
Nacional llega a la final del campeonato, batiendo a un Millonarios que dejó todo y mereció al menos otro desenlace. La final es verde y a partir del miércoles, Deportivo Cali será el rival a vencer para los verdolagas. Necesitarán algo más que suerte y ganas.