El Giro de Italia llegó a su fin. Nairo Quintana, una vez más, hizo vibrar a toda Colombia y estar pendiente de los televisores, cada vez que daba pedalazos en su bicicleta.
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El país se emocionó con la victoria en el Blockhaus, así como sufrió ante la aparición de Tom Dumoulin, que a la postre le arrebató el título al colombiano, en un final de infarto, con llegada a Milán.
Los vaivenes de las carreteras italianas le han dejado muchas enseñanzas al boyacense, de cara a su objetivo principal de la temporada, el Tour de Francia, que será igual o más complicado de conquistar que el extinto Giro.
¿Qué debe modificar Nairo Quintana? Aunque el segundo puesto fue doloroso, puede ser la lección necesaria para que el colombiano derrote a Christopher Froome, en el Tour.
Las virtudes
- Nairo Quintana ya sabe lo que es ser el máximo favorito en una grande: En las dos competencias que ganó, el Giro 2014 y La Vuelta a España 2016, el boyacense llegó en segundo plano, con otros competidores como máximos candidatos. Ahora, a pesar del revés en el actual Giro, el ciclista del Movistar conoce lo que es conducir con la presión de ser el #1.
- En la montaña, Nairo continúa demostrando que no tiene rival: Aunque Froome es uno de los mejores escaladores, parece que en este momento el mejor escalador es el colombiano y es un plus a favor.
- Quintana no se guarda una gota de sudor: Aunque no le alcanzó para vencer a Dumoulin, no se puede desconocer que Nairo lo intentó. En ediciones anteriores del Tour se ha criticado al colombiano por no exigir al británico, pero en esta ocasión parece que será a otro precio.
- Nairo se ganó la simpatía del público europeo: A pesar de no ser carismático, el colombiano es el preferido por los asistentes en cada etapa. La gente, sean cafeteros u oriundos del Viejo Continente, acogen a Quintana como propio y eso lo sienten sus rivales, como le tocó a Dumoulin.
- Nairo no está solo: Si hay alguien quien dio todo por el triunfo del boyacense en el Giro, ese fue su compañero de equipo Winner Anacona. El otro colombiano del Movistar fue el encargado en muchas ocasiones de halar al grupo y restar las fuerzas de Dumoulin. Aunque no lograron derrotar al holandés, si Nairo tuvo alguna oportunidad fue mucho gracia a él.
Los pecados
- Nairo tiene un talón de Aquiles: Aunque ya se sabía, Quintana dejó mucho que desear en las etapas contrarreloj. Cierto que Dumoulin era el candidato, pero los cálculos previos aseguraban más paridad y al contrario, la diferencia se estiró más a favor del holandés. Froome también es especialista en batir al reloj.
- Nairo no supo hacer aliados: Por muchas etapas se dijo que Nibali y Quintana estaban unidos para batir a Dumoulin, pero no supieron trabajar mancomunadamente para conseguir su objetivo. En las etapas decisivas, el colombiano criticó a sus rivales por no unirse en pro de sacarle más tiempo a Dumoulin, no hubo cohesión.
- Nairo respetó mucho a su máximo rival: Aunque Tom Dumoulin fue un legítimo ganador del Giro de Italia, asalta la duda sobre qué hubiera pasado si Nairo no respetaba los problemas de salud y de logística del holandés. A favor del europeo, lo esperó cuando Quintana sufrió una caída; pero, su actitud con el colombiano no siempre fue la mejor, al cual le deseó que no alcanzara el podio en Milán. ¿Pecó de inocente Nairo?
- Nairo acumula mayor cansancio que Froome: La gran duda es saber si haber ido al Giro le saldrá bien a Quintana o no. Nunca antes, el colombiano corrió el Giro como preparación para el Tour de Francia, pero esta vez cambió luego de ver que ganó La Vuelta a España batiendo a Froome, habiendo corrido un mes atrás la vuelta ciclística francesa. Sin embargo, lo que es inobjetable es que el británico está con piernas más frescas.
Mientras que la estrategia del de Cómbita fue participar en el Giro para así prepararse de la mejor manera, el europeo hace otro plan de trabajo y simplemente se entrena. La hora de la verdad llegará el 1 de julio, cuando por 23 días compitan por la geografía francesa, con inicio curiosamente en Alemania (Dusseldorf) y finalizará en París. Allí, Nairo volverá a hacer vibrar al país.