Hace cuatro años, Óscar Muñoz se hizo conocido en el país. Este deportista valduparense hizo vibrar a toda Colombia, en Londres 2012, cuando desde el ostracismo alcanzó una medalla de plata en taekwondo, el máximo logro tricolor en la historia de esta disciplina y una de las mayores hazañas en el deporte nacional. A Muñoz no le fue bien en Río 2016, pero su legado en la historia es y será imborrable.
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Siguiendo su ejemplo y soñando con colgarse una presea en el futuro, viajaron a Canadá dieciséis deportistas de taekwondo para representar a Colombia en el mundial juvenil de la disciplina. Ellos sueñan con escribir páginas en la historia deportiva y de ser posible, en oro.
Entre la delegación viajó Javier Andrés Pachón Meza, él es la esperanza de medalla, no solo para el campeonato de Vancouver, sino para Tokio 2020. Su estatura, peso menor a los 55 kilogramos (categoría en la que compite) y habilidades de combate, hacen que los entrenadores y entendidos del deporte, vean en él a un potencial medallista olímpico en las justas venideras. Dirigido por William Duarte y René Forero, el también oriundo de Valledupar anuncia lo que le ha tocado sacrificar para conseguir el sueño de metal.
“Toca cuidarse el peso. Dejar de comer cosas que a uno le gustan y que los amigos de mi edad pueden consumir. No salir a rumbas, dejar de hacer lo que uno a esta edad hace”.
Tiene 17 años y sabe que el camino a la gloria no es fácil. Al contrario, es sumamente difícil. Requiere sacrificio y tesón. Pachón Meza se ganó su lugar destacándose en la categoría y por eso fue seleccionado para ser el estandarte de la delegación. Tiene la fortuna de conocer a Óscar Muñoz y compartiendo concentraciones con él, emuló el carácter para salir campeón donde quiera participa.
“Convencí a mis padres (Johana y Javier) para poder practicar taekwondo. Ellos, al principio no estaban seguros de que yo practicara esto. Pero, los hice también querer este deporte”.
Desde los 10 años comenzó a entregarse de lleno al taekwondo. Así, pasó por municipales, departamentales y finalmente nacionales. Ya con el reconocimiento y la visibilidad colombiana, tuvo la fortuna de disputar panamericanos juveniles, donde por sus aptitudes ha vencido a grandes favoritos mundiales, que con mayores recursos practican la disciplina, pero no pudieron con él.
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En total entrena 3 horas diarias. A veces, tácticas de combate, otros días, solo físico y corpulencia. En un deporte de fricción no se pueden dar ventajas y Javier Andrés lo tiene claro. Ser un campeón no es fácil, es para elegidos y cualquier sacrificio es necesario, en la visión de este valduparense amante de las artes marciales asiáticas.
El torneo comenzó este miércoles 16, pero los colombianos tendrán actividad el jueves. Ocho hombres y ocho mujeres de todo el territorio nacional viajaron con sueños en su morral, buscando, a su regreso, traer alguna medalla que siga impulsando el sueño olímpico que con dedicación y esfuerzo, los ubicará en Tokio 2020.