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El 8 de julio de 2014 es una fecha que los brasileños difícilmente olvidarán. Aquel día, Brasil enfrentaba las semifinales del Mundial que estaban organizando y en frente tenían a la poderosa y ordenada selección alemana. Pese a que no estaban mostrando un gran nivel, el Scratch se ilusionaba con la final y así poder festejar con su gente. Pero nada de eso pasó y los bávaros le propinaron una dura goleada por 7 a 1, en la que ha sido la humillación más grande que han vivido en su historia.
La dura goleada desencadenó en las críticas de especialistas e hinchas, quienes no podían creer lo que vieron en el estadio Mineirao de Belo Horizonte. Y la humillación trajo consecuencias, generando el despido de un cuestionado Luiz Felipe Scolari.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) decidió despedir a Felipao y en su reemplazo contrató a Dunga, quien llegaba con la misión de levantar a un equipo que pasó de potencia mundial al hazmereír. Los dirigentes esperaban que en su segundo periodo tuviera el mismo éxito que la primera vez que dirigió al Scratch, cuando reemplazó a Carlos Alberto Parreira tras Alemania 2006 y consiguió los títulos de la Copa América 2007 y la Copa Confederaciones de 2009.
El inicio del segundo período de Dunga al mando de Brasil no podía comenzar de una forma más auspiciosa. Luego de limpiar el equipo y cortar a elementos que estuvieron en aquella humillación, el técnico parecía dar con una nómina ideal y sumó once victorias consecutivas -entre las que se incluyen, por ejemplo, los partidos amistosos ante Chile, México, Colombia, Francia, el Superclásico de las Américas ante Argentina y el duelo de Copa América 2015 ante Perú- que lo tenían a dos de alcanzar el récord de Mario Zagallo, quien sumó trece partidos en línea con el Scratch en 1997.
Pero toda racha está hecha para cortarse y Colombia fue la encargada de despertar del sueño al técnico. En el segundo partido de la fase grupal de la Copa América de Chile, los cafetaleros vencieron por 1 a 0 al equipo de Dunga y de ahí en más vendría el declive. Pese a que vencieron a Venezuela en la última fecha para asegurar la clasificación a cuartos de final, en la siguiente ronda empataron a un tanto con Paraguay en el tiempo regular y fueron eliminados en la definición a penales.
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Ese sería el primer fracaso del técnico en su segundo período en la Verdeamarela y los cuestionamientos no tardarían en llegar. La inclusión de elementos que ya no rendían al máximo nivel, la dependencia a Neymar y tener a valores que estaban en ligas poco competitivas, tales como la china, fueron las primeras críticas que empezaban a aparecer en los medios brasileños.
Críticas que subirían de tono en las Clasificatorias a Rusia 2018, que comenzó para el Scratch con una caída ante Chile por 2 a 0 en el Estadio Nacional. Pese a que el resultado se podía esperar por los momentos que vivían ambas selecciones, los chilenos conseguían vencer a su rival sudamericano después de 15 años.
La derrota ante la Roja sólo fue el preludio de un proceso que, hasta el momento, los tiene fuera del próximo Mundial. Es que el nivel de Brasil no mejoró y luego sumaron empates ante Uruguay, Paraguay y Argentina, venciendo sólo a Venezuela y Perú. Resultados que los tienen en el sexto lugar de la tabla con nueve puntos en los seis partidos que han jugado.
Y la gota que rebalsó el vaso vino fue la Copa América Centenario, donde quedaron eliminados en la fase de grupos. Sólo pudiendo marcarle goles a Haití, a quienes vencieron por 7 a 1, el equipo de Dunga quedó fuera tras empatar en la primera fecha sin goles ante Ecuador y caer por 1 a 0 ante Perú con el polémico gol con la mano de Raúl Ruidíaz.
Fracasos que la CBF no aguantó más y que desembocaron en el despido del técnico campeón del mundo en 1994. Ahora asoma Tite, actual técnico de Corinthians, en el horizonte del Scratch.