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Gianni Infantino, un abogado suizo de origen italiano y que hasta hoy fungía como Secretario General de la UEFA, releva en el cargo a Joseph Blatter.
Infantino subió al estrado después de obtener 115 votos en la segunda ronda de votaciones, suficientes para superar el 50% solicidato de los 207 afiliados que emitieron su sufragio.
Aunque las personas cercanas al hombre de 45 años aseguran que tiene facilidad de palabra –es un políglota que habla cinco idiomas: inglés, alemán, español, francés e italiano– tuvo complicaciones para expresar su sentir.
El amigo y mano derecha de Michel Platini se encargará del ente internacional más grande del mundo.
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La FIFA cuenta con 209 países afiliados, incluso pueden presumir de tener 17 miembros más que la ONU, y ninguna organización deportiva tiene este alcance. Por esta razón, el organismio internacional es conocido como las Naciones Unidas del Fútbol.
Con tal cantidad poder alrededor del mundo, es claro que la FIFA se mueve como una nación poderosa y rica, de la que ahora Infantino es su presidente.
Algunos números. Tan solo en el proceso mundialista de Brasil 2014 se generaron cinco mil 700 millones millones de dólares y el año pasado recibió mill millones de billetes verdes. Aunque con las nuevas reformas se ventilarán los sueldos de los altos mandos, incluido el de Infantino, según el último informe financiero de la FIFA, entre 2011 y 2014 gastaron 400 millones de dólares en salarios de sus 452 empleados.
Una cifra que se puede liquidar con los dos mil 400 millones de dólares que cobraron solo por derechos de transmisión de la pasada Copa del Mundo.
«Somos como las Naciones Unidas, pero con más poder», dijo alguna vez el expresidente Joseph Blatter.
Tal vez se refería a que el fútbol y todo lo que mueve el balón aún puede entrar a cualquier país, desde Cuba, pasando por Corea del Norte, Irak o Afganistán, algo que incluso las naciones más poderosas deben hacer con cautela.
