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Como se ha vuelto costumbre Barcelona llegó como favorito a esta definición del ‘Supercampeón’ de España frente al modestos Athletic de Bilbao, pero desde el primer minuto se vio sorprendido por el juego aguerrido y ofensivo de ‘Los Leones’. Luis Enrique tuvo que poner en el campo una nómina mixta, debido a la exigencia que tuvo el plantel el pasado martes en la Supercopa de Europa, que se fue al alargue en un partido trepidante frente al Sevilla.
Athletic de Bilbao empezó dominando las acciones, desde la primera jugada empezó a crear peligro y presionar en su propio campo al Barcelona. Muy temprano, a los 13 minutos, después de una salida de cabeza del guardameta Ter Stegen, Mikel San José controló el balón y de un potente disparo desde el medio campo metió un verdadero golazo para abrir el marcador y sorprender a todos.
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A pesar del gol tempranero Bilbao no se dejó dominar y siguió buscando el arco de los ‘culés’, mientras que Messi apenas pudo liderar un par de ataques peligrosos, pero que no pudieron penetrar la sólida defensa del rival.
Solo en la última jugada, un excelente cobro de tiro libre de ‘Lio’ pudo incomodar al portero Gorka Iraizoz, pero fue bien controlado y con esa jugada se terminó el primer tiempo.
En el segundo tiempo Barcelona entró decidido a buscar el empate, en un par de oportunidades con remates de Pedro y Messi puso contra las cuerdas a ‘Los Leones’ del Bilbao, pero no pudo vencer a Iraizoz, que tuvo como aliados los palos.
Pero el equipo rojiblanco estaba en su noche y después de un ataque por izquierda Aritz Aduriz se levantó de gran manera, superó la marca de Javier Mascherano y con un buen cabezazo puso el segundo gol del partido y dejó fríos a los ‘blaugranas’.
La cuenta no quedó en 2, la defensa del Barcelona empezó a demostrar que no tenía ritmo y con fallas dejó muchas ventajas para que Aduriz de nuevo marcara después de un par de rebotes, ya no era sorpresa, era goleada.
Y de manera inexplicable llegó un cuarto gol, después de un penal ridículo cometido por Dani Alves y una buena apreciación del juez central de nuevo el atacante Aduriz se hizo presente en el marcador, engañó a Ter Stegen y la goleada se convertía en humillación.
Aunque había casi media hora de juego después del cuarto gol, el resultado y el trámite fueron el reflejo de un equipo sólido, que jugó con seguridad y convencido de lo que podía conseguir ante su afición contra un Barcelona que apenas si pudo evitar más goles y que, a pesar de una nómina mixta, jugó un partido que rayó con el desastre.