Luis Suárez se ha ganado una fama de violento por sus arrebatos y, sobre todo, por sus mordiscos. Si no, que lo diga Chiellini. Pero su buen corazón fue mostrado la semana anterior por una fundación de tratamiento del cáncer infantil en Uruguay.
El delantero del Barcelona se prestó para darle una sorpresa a Mateo, un niño que lleva dos años luchando contra la enfermedad en la Fundación Pérez Scremini de Montevideo. El pequeño fue a una consulta en la que, supuestamente, iba a ser atendido por un médico español por videoconferencia.
Cuando inició la videoconferencia, el «doctor» lo comenzó a interrogar sobre su tratamiento y sobre su cumplimiento del horario de medicinas. Al pequeño Mateo se le hizo raro que el “médico” le dijera si había celebrado un gol suyo.
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Suárez encendió la cámara de la videollamada y se mostró con la camiseta uruguaya. A Mateo se le salieron las lágrimas mientras su ídolo lo llamaba “campeón” y lo conminaba a seguir con su tratamiento.
Esta es una hermosa actitud del miembro de la famosa «MSN», a veces considerado como un mal elemento en la cancha, pero que demostró tener un gran corazón.
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