El protagonista de la violenta y condenable acción fue Leandro Marín, que no aguantó el buen juego que estaban mostrando los jugadores de Racind de Avellaneda en el estadio de Mar del Plata y terminó pegándole una patada violenta a Ricardo Centurión que puso en riesgo su integridad.
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El primer expulsado del partido fue Cristian Erbes por un manotazo a un jugador de Racing, desde ese momento se calentaron los ánimos, los jugadores de Racing jugaban con mucha tranquilidad y tocaban el balón, mientras los de Boca cayeron en el desespero y empezaron a golpear.
Pero después llegó la acción más polémica, una vulgar patada de Marín sobre Centurión que generó una justa expulsión y un conato de bronca que no pasó a mayores. Después del partido y con las impresionantes imágenes, varios sectores de la opinión pública y la prensa en Argentina se pide que haya una sanción ejemplar y que siente un precedente para que acciones así no se repitan en ningún partido profesional.
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Finalizado el partido y después de los exámenes realizados a Centurión, el club comunicó que el jugador sufrió «Un traumatismo en la cara posterior de la pierna izquierda con escoriaciones producto de los tapones del rival», descartándose una fractura o lesión de más gravedad.
El partido finalizó 4 por 1 a favor de Racing, la jugada de Marín quedó en la memoria de todos y la humillación del resultado abultado se empeora cuando uno mira la forma en la que se dieron las acciones del encuentro.
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